Morada y picuda: absolutamente 'cool'
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Cultura gastronómica ·
Esta variedad de col, más habitual en los países del Este europeo, es una verdura saludable y muy versátil en cocinaDe la misma especie que otras coles, la 'Brassica oleracea', esta variedad de col es la que se ocupa de poner color en los estantes de las frutas y verduras. Es la col picuda morada, que obtiene su color de la lombarda y su sabor ... suave, de la col picuda. Lo mejor de ambas variedades para incorporar a nuestra dieta por resultar deliciosa y muy versátil en cocina.
Entre otras ventajas, la principal es que está llena de nutrientes beneficiosos para la salud. Ayuda a prevenir el envejecimiento, estimula el sistema inmunológico y cuida del corazón y las articulaciones, entre otros muchos beneficios.Su llamativo color se debe a la presencia de antocianinas, concretamente de la cianidina, un pigmento antioxidante que de la mano de la fibra la convierte en una col buenísima para la salud del sistema digestivo. Además, está más que demostrado su poder antiinflamatorio.
Qué es. Un cruce entre la col morada y la lombarda, perteneciente a la familia botánica de las crucíferas.
Sabor. Ligeramente más dulce que las demás coles aportando color y su toque especial en los platos.
Origen. Se puede situar en las regiones costeras de Europa central y meridional, extendido en todo el mundo.
Todo el invierno. Los meses más fríos son los mejores para disfrutar de esta verdura fresca.
Beneficios. Previene el envejecimiento, estimula el sistema inmunológico y cuida el corazón y las articulaciones.
Usos culinarios. Cruda, en ensaladas, hervida, encurtida, asada y sofrita; admite todos estos cocinados.
Alimento muy antiguo. Las coles ya se usaban como alimento en la época grecorromana.
Propiedades medicinales. Fueron los griegos los que descubrieron sus virtudes dietoterápicas.
Mito. Aunque durante siglos se consideró alimento de gentes humildes, ese concepto se ha erradicado.
Curiosamente, si se cultiva en suelos ácidos es más rosada que morada; en suelos alcalinos, brotará más azulada. Se puede encontrar en mercados verdulerías y supermercados durante todo el invierno y para escoger la mejor, lo importante es que se vean prietas y firmes, sin manchas ni agujeros y que se noten pesadas para su tamaño.Una vez en casa, lo mejor para su óptima conservación es no lavarla hasta que no se vaya a cocinar. Hay que guardarla en la nevera, en una bolsa perforada para que respire y no se ponga mala rápidamente. Así, puede durar hasta una semana perfectamente; incluso se pueden ir cogiendo hojas o cortarla para usarla.
Es más conocida y popular en países del Este de Europa, donde se come cruda, en ensaladas como el coleslaw, encurtida (como el sauerkraut o chucrut), cocida como acompañamiento, asada, salteada o braseada. Pero en España hay algunos platos típicos que la incorporan, muchos unidos a las fiestas de la Navidad. La lombarda madrileña o la crema de lombarda, por ejemplo. En ensalada, cruda, picada muy finita y servida para platos frescos. Combinada con frutas como la manzana y la mandarina y con otras verduras de invierno, crudas, también, como apio, acelgas rojas, guisantes frescos, hinojo, escarola, etc. Encurtida, como si fuesen pepinillos. Hervida, para que quede más tierna. Asada, en una bandeja de horno cortada por la mitad o en cuartos, con una pizca de aceite y sal. Incluso sofrita.
Ha venido del mediterráneo europeo, pero está muy extendida en los cinco continentes y cada vez con más presencia en la cocina nacional, ya sea la tradicional o la vanguardista.
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