Pantortillas tatín de pera
¿Qué hay de cena papi? ·
Servidas con helado de vainilla y nueces de macadamia, ¡para perder la cabeza!Secciones
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¿Qué hay de cena papi? ·
Servidas con helado de vainilla y nueces de macadamia, ¡para perder la cabeza!Como ya sabéis no soy muy fan de los postres, salvo algunas excepciones, y la receta que hoy nos ocupa es una de ellas, y es que no conozco a nadie que no le guste éste postre que une, las crujientes pantortillas –un clásico referente ... del dulce de nuestra Cantabria–, la fruta, en éste caso la pera que confitaremos para que nos quede dulce y melosa y el helado, que nos aportara frescor y cremosidad.
¡Manos a la obra! Comenzamos pelando, despepitando y cortando en cuartos las peras, las ponemos en una fuente y cubrimos con azúcar. Se dejan así un par de horas. Transcurrido ese tiempo se ponen en una sartén al fuego con una nuez de mantequilla, a fuego medio bajo, no tenemos prisa, queremos que se hagan lentamente, y le añadimos un vaso de agua. Lo dejamos confitar poco a poco y cuando las peras se han puesto transparentes, más o menos media hora, se añaden 3 vainas de vainilla cortadas por la mitad y se deja una hora a fuego muy muy suave, casi inapreciable, que se vayan confitando poco a poco.
Por otro lado tenemos las pantortillas de Reinosa, que como dice la tradición sólo se pueden elaborar con el clima de la comarca y que en ningún otro lugar se consiguen hacer de la misma manera, yo no se si eso es cierto o no, lo único que sé es que son una verdadera delicia.
Una vez tengamos las peras confitadas las escurrimos y los cuartos los cortamos por la mitad, las dejamos enfriar. El siguiente paso es el más delicado, tenemos que abrir por la mitad la pantortilla, con sumo cuidado para que no se rompa, preferiblemente con un cuchillo de sierra y girandola mientras vamos cortando haciendo movimientos cortos, una vez partidas vamos colocando en su interior los trozos de pera perfectamente ordenados, como si de una tatin se tratara y lo tapamos con la otra mitad.
Precalentamos el horno a unos 180 grados para darle ese último golpe, las metemos un par de minutos y las sacamos para, únicamente, servirlas con una bola de helado encima que con el propio calor de la pantortilla se vaya derritiendo poco a poco y mezclándose con el crujir del hojaldre y la melosidad de la fruta.
Podéis elegir el sabor que más os guste, a mi, personalmente, la vainilla con nueces de macadamia con éste postre me hace perder la cabeza.
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