Paradoja: ante el calor, bebidas no muy frías
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Dice la RAE que paradoja es: «Dicho o hecho que parece contrario a la lógica». Y un detalle que resulta paradójico es que no sea ideal el ingerir las bebidas muy frías en los días de mucho calor, como estamos sufrido estas últimas jornadas.
Bien ... es cierto que en esos días tenemos que tomar muchos líquidos por la pérdida que sufrimos con el sudor, y otro detalle a recordar es que la ingesta del líquido hay que hacerla, a ser posible, antes de que aparezca la sed, que es el mecanismo por el cual nuestro organismo ya nos lo pide.
El líquido más recomendable es el agua, pues no todos los líquidos son aconsejables; así los zumos no son del todo óptimos, y el té o el café, a ser posible, que sean sin teína o descafeinados, por el efecto diurético tanto de la teína y como de la cafeína. Luego las ensaladas, por ejemplo, están perfectamente indicadas, al estar constituidas en un 90 % de agua.
Hasta aquí todo lógico, pero vamos a entrar en lo paradójico. Si ingerimos el agua muy fría, cuando entra en nuestro cuerpo, que suele estar entre 36 a 37º C, el organismo debe hacer un trabajo para recuperar la temperatura, lo que origina un elevado gasto energético, que nos dará como resultado más acaloramiento. Conclusión: su beneficio no va más allá de la sensación refrescante en la boca.
Nuestro cerebro, ante la sensación de calor, nos genera la necesidad de ingerir algo frío, pero si nos fijamos en los habitantes de donde hace calor de verdad, como son los beduinos o los tuareg, ellos toman el té caliente y en ocasiones casi ardiendo. Pues, cuando consumen una bebida caliente, el cuerpo empieza a sudar, lo que contribuye a refrescar el organismo.
Tambien existe un artículo de la Scientific America que afirma que la comida picante es beneficiosa para regular la temperatura corporal. Por el mismo mecanismo por el que las bebidas calientes refrescan más que las frías, la capsaicina, que el compuesto principal del picante, estimula los termosensores de la boca, generando una sensación de más calor y forzándonos a sudar más.
Además, Risch y Corriher recomendaron los cereales integrales, ricos en minerales como el magnesio que ayudan a recuperarse de actividades veraniegas en las que se suda mucho.
La Sociedad Americana de Química de Estados Unidos ha destacado que el próximo paso de los científicos es reunir en un solo producto alimentario los beneficios del agua, el picante y los cereales integrales.
Seguro que os estaréis preguntados por el vino y la cerveza, y parece ser que son buenos termorreguladores en unas cantidades moderadas, pues el alcohol a dosis altas nos deshidrata. Y en cuanto a los helados, producto tan de verano, son más un placebo que un auténtico refrescante de nuestros cuerpos.
Sé que es difícil el aceptar esto en nuestra sociedad, pero os invito a recordar el mecanismo de algo tan nuestro como es el botijo. Se trata de una obra de ingeniería de las más simples y efectivas, siendo capaz de enfriar el líquido que se encuentra en su interior, basándose solo en la porosidad de su superficie, o dicho de otra manera, sudando.
Sobre botijos aconsejaros la visita al Museo del Botijo del pueblo leonés de Toral de los Guzmanes, que alberga una colección que entró a formar parte del Libro Guiness de los Récords en el año 1997, con un total 2.000 piezas, la mayor del mundo. Actualmente está ampliada a cerca de 3.300.
Y hablando de verano y calor, sabed que las barbacoas son uno de los encuentros donde más insolaciones se producen. ¡Tened cuidado!
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