Pechugas rellenas de queso, espinacas y anchoas
¿QUÉ HAY DE CENA PAPI? ·
La combinación, aunque pueda parecer un poco rara, proporciona un resultado muy buenoSecciones
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¿QUÉ HAY DE CENA PAPI? ·
La combinación, aunque pueda parecer un poco rara, proporciona un resultado muy buenoLas anchoas tienen un sabor tan especial y característico que nos sirven perfectamente no solo para hacer pinchos, sino para combinarlas con carnes, pescados o verduras.
Unas simples judías verdes cortadas en tiras y salteadas en una sartén con unas anchoas, y un aliño ... de mostaza son un plato perfecto, o para terminar una pasta con unas alcaparras y un poco de perejil, las anchoas siempre aportan su toque aromático e intenso y que nos sirve para incluso sazonar los platos.
Esta semana os propongo una receta, como siempre sencilla, y que no os dejará indiferentes. Se trata de unas pechugas rellenas de queso de Cantabria, espinacas y anchoas, una combinación que, aunque suene un poco rara, veréis que resultado mas bueno.
Comenzamos eligiendo unas pechugas de pollo de corral a las que simplemente pediremos a nuestro carnicero que nos las limpie y nos las separe por su mitad, dejando los dos trozos de pechuga bien limpios. Los abrimos por la mitad, como un libro, y con los dedos vamos aplastando un poco la parte interior para que luego se nos amolde mejor el relleno.
El relleno consiste simplemente en unos trozos de queso –el que más os guste, es preferible uno que funda bien para que al hacerlo se integren los sabores del resto de ingredientes del relleno–. Elegimos unas espinacas, preferiblemente frescas, que limpiamos a conciencia y secamos seguidamente; cortamos los tallos y nos quedamos con las hojas, y son muy grandes las recortamos para que al rellenar las pechugas no sobresalgan demasiado. Llega el momento de las anchoas, lógicamente elegiremos unas que no sean las mejores, y como en Cantabria tenemos la gran suerte que todas son buenas nos servirán perfectamente.
Procedemos a rellenar las pechugas: primero, el queso, no muy grueso, que cubra toda la superficie interior de la pechuga. Procedemos entonces a colocar las espinacas, una buena cantidad aunque nos parezca una exageración porque luego merman, pero las ponemos en dos tandas, primero una, alternando con las anchoas que con cuatro será mas que suficiente, y luego más espinacas, para acabar con más queso, en la misma proporción que al principio.
Cerramos las pechugas y las presionamos bien para que no se nos abran a la hora de la cocción. Ponemos una plancha o sartén al fuego, con una cucharadita de aceite de oliva, y las marcamos a fuego medio fuerte. Queremos que se nos doren ligeramente por fuera, para que luego tengan ese bonito color tostado, las damos la vuelta para conseguir el mismo efecto por las dos caras. Mientras precalentamos el horno a unos 180º y metemos las pechugas unos 8 minutos para que se acaben de hacer en su interior y listo.
Las podemos acompañar de unas patatas asadas con un toque de aceite de perejil y ajo que combinan perfectamente.
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