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José María Alonso, propietario de Quesoba junto con su hermano Álvaro de esta quesería ubicada en el pueblo de Sangas (Soba), fue elegido el pasado sábado en Madrid presidente de Quered, la red española de queserías de campo y artesanas que cuenta con ... unos 450 socios, entre ellos más de trescientas queserías. Junto a este farmacéutico reconvertido en maestro quesero forman parte también de la nueva directiva otros dos queseros cántabros, César Campo, de Quesería Javier Campo en Tresviso, y Marcelino Real, responsable de Arteserena, la quesería que elabora en tierras extremeñas el laureado Cremosito del Zújar.
José María Alonso, que en las próximas semanas tiene previsto 'estrenar' su nuevo puesto de quesos en el madrileño mercado de San Miguel, afronta esta responsabilidad con una cartera llena de objetivos con los que pretende reivindicar la figura del pequeño productor de quesos en el medio rural, abogar por unas buenas prácticas, mantener una interlocución fluida y provechosa con las administraciones, contribuir a la formación de los profesionales del sector y desarrollar una promoción de la imagen de las queserías asociadas en su conjunto como referentes de la elaboración de grandes quesos por sus características organolépticas y variados en tipología.
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Señala Alonso que «queremos trabajar con temas relacionados con la higiene sanitaria. Por ejemplo, hay un real decreto del agua que queremos que exima a las queserías de campo y artesanales de las nuevas exigencias que establece y que no se pueden cumplir a esta escala». Por otro lado, «vamos a insistir en que las comunidades autónomas cumplan con la guía europea de buenas prácticas, al tiempo que queremos que se respeten los materiales tradicionales como la madera y que se permita madurar en cuevas».
Otra línea de trabajo es la comunicación con la administración: «Queremos ir de la mano, como pasa en Francia, y aclarar los problemas que hay con los semáforos de Nutriscore. A los pequeños productores no se nos puede aplicar la misma legislación que a los grandes. Además está el problema de los criterios que aplican los inspectores de sanidad en cada zona, no siempre son los mismos».
No olvida Alonso el tema de la formación. «Normalmente programamos una docena de cursos al año, que ahora hemos tenido que hacer on line. Y nos preocupa tener un grupo de asesoramiento en materia sanitaria. Finalmente, es preciso lanzar la venta por internet y promocionar la feria de Quered itinerante por toda España». En definitiva, las queserías pequeñas tienen que defenderse en un mercado global.
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