Pescados de roca, mariscos y productos de la huerta en el restaurante La Chata, en Isla

Lo que fue una tienda-bar al estilo de los que proliferaban en el medio rural de Cantabria se ha convertido en un acreditado restaurantes, desde que en 2007 la familia Sierra Solana inició una nueva andadura al frente de la cual están los hermanos Cristóbal, María Estrella y Celedonio, mientras que los otros dos hermanos tienen otras actividades paralelas, pero vinculadas al sector. En el caso de Roberto, hace poco más de un mes ha abierto frente al restaurante una tienda-bar, El Nido del Hortelano. Por su parte, Jesús, junto a otros socios -Jorge y Roberto- tienen cuatro hectáreas de viñedos con Godello que se pueden contemplar desde el restaurante y que este año darán la primera cosecha para comercializar.

Volviendo a La Chata, sin duda su especialidad, como señala Cristóbal, son los pescados de costa, salvajes, que habitualmente se cocinan marcando a la plancha y terminando al horno. Es el caso del machote, lubina, besugo, rodaballo... Aquí lo habitual es ver en las mesas piezas grandes, para hasta ocho personas, que el personal de sala trincha y raciona delante del cliente. Buen punto y sabores auténticos. No hace falta más que una patata panadera para acompañar. Además, no faltan en la carta la merluza, bien en salsa verde con almejas o el cogote, que se prepara para dos personas, así como el bacalao con pimientos de Isla asados en casa.

Esa vocación marinera se proyecta también en las especialidades de marisco: percebes, langostinos, gambas, carabineros, cigalas, pulpo, almejas (a la sartén o en salsa verde), zamburiñas, nécoras, bogavante... Se prepara una mariscada para dos personas por 85 euros que incluye, además, centollo y masera cocidos.

Mención especial merecen los jibiones, que aquí preparan a la plancha acompañados por un tomate de la huerta. Buenas piezas y esmerada preparación.

Por encargo y para un mínimo de dos personas se preparan y tienen muy buena acogida varios tipos de arroces, desde el caldoso con bogavante hasta uno con almejas, la paella de marisco o la paella de langosta. Y, como contrapunto, carnes rojas, chuletillas y un chuletón fileteado.

Además de las raciones que se han apuntado anteriormente, la carta de La Chata es generosa en propuestas para poder hacer un picoteo rico antes de decantarse por un arroz, una carne o un pescado. En frío, los embutidos ibéricos comparten protagonismo con unas anchoas artesanas, unos espárragos de Navarra o la terrina de foie.

En caliente, imprescindibles las rabas, las croquetas caseras de jamón, la morcilla encebollada, la cazuelita de albóndigas o los revueltos de la casa. También hay hasta media docena de ensaladas para acompañar con fundamento a las entradas.

De Isla son famosos sus pimientos. La Chata cuenta con huerta propia y disponen de ellos todo el año porque tras asarlos con lecha en temporada, los envasan para dar un plus a cada plato donde se sirven como guarnición. Los verdes se preparan normalmente fritos.

Finalmente, en materia de postres, la variedad es norma de la casa a partir de clásicos de elaboración propia al día. La bodega, generosa en referencias, variada y con clásicos que resulta necesario tener.

Dirección: Barrio El Hoyo nº 2. Isla.

Teléfono: 942 67 93 72.

Propietarios: Familia Sierra Solana.

Inaugurado: 2007. Antes fue una casa bar-tienda, también un negocio familiar fundado por 'La Chata'.

Cocina: María Estrella y Cristóbal Sierra.

Sala: Celedonio Sierra.

Estilo de cocina: Tradicional y marinera.

Precio medio de la carta: Entre 38 y 40 euros.

Menú diario: 13 euros (de lunes a viernes, solamente de 13 a 14 horas).

Mariscada: 85 euros, para dos personas.

Comida para llevar: Sí, por encargo.

Capacidad: 70 comensales.

Terraza: 70 plazas.

Horario: Desde las 9.00 h. hasta fin de cenas.

Cierra: Abierto todos los días en temporada alta. A partir de octubre, cierra las noches de lunes a jueves.

Bodega: Unas 70 referencias.

Café: Dromedario.

Wifi: Sí.

Aparcamiento: En el casco histórico de Isla y junto a la Iglesia.