El placer de compartir sabrosas viandas en La Ventana

Durante el verano, el restaurante La Ventana ha tenido como viene siendo habitual sus tradicionales jornadas del bonito. A David Andrés, su propietario, le gusta trabajar con el producto de temporada y cuando surgen la oportunidad programa jornadas en las que se sugieren platos especiales que enriquecen una carta ya de por sí suficientemente variada y atractiva. Este restaurante, que año próximo afrontará su décimo aniversario, evidencia solidez, el aplomo necesario para dar respuesta a las inquietudes de todo tipo de paladares, e incluso para hacer compatible una propuesta con múltiples raciones ideales para compartir –y así poder probar más platos– con los arroces y los pescados del día.

El interior del establecimiento se articula en tres espacios, dos comedores y zona de barra. Además, con el buen tiempo, es posible disfrutar de sus terrazas.

La cocina es de corte tradicional, pero con un toque muy actual y con algunos destellos de cocina de autor en cuanto a las presentaciones, por ejemplo.

Si hay que hablar de especialidades, en primer lugar hay que citar los pescados, que se preparan tanto a la plancha como al horno. Por ejemplo, salvo la merluza rellena de marisco en crema de espárragos y la tempura de atún con crocante de gambas y kikos en salsa chili, el resto de los pescados se 'cantan' de viva voz, porque se trata de capturas que llegan en el día, según temporada y lo que hayan cogido los barcos. La frescura está asegurada. Son habituales en esta casa el rape, la lubina o el machote.

Otra referencia son los arroces: paella de mariscos, la misma paella pero con pollo de corral, arroz con calamares marea negra y arroz con bogavante. Los precios van desde los 16 a los 25 euros por comensal.

Las raciones, capaces de protagonizar un picoteo compartido de lo más suculento, rivalizan entre sí porque cada una es tanto más atractiva que la anterior.

Así, además de tres tipos de ensaladas, una de ellas la de roast beef muy solicitada por la clientela, hay conceptos más clásicos –croquetas de jamón ibérico, rabas de calamar, tabla de quesos, ensaladilla rusa de marisco, pastel de cabracho o chipirones con cebolla...– y otros más originales. Es el caso de las berenjenas en tempura con miel y hummus; del tartar de pato con pralinés de foie y mahonesa de finas hierbas; de las albóndigas trufadas de secreto ibérico con crema de hongos; del bocadito de pan brioche casero con cochinita pibil o los raviolis caseros rellenos de foie con cigalitas al cava.

Después de lo dicho podría alguien imaginarse que aquí las carnes está relegadas, pero ni mucho menos. Además del extraordinario ya citado tarta de pato hay que dar una nota muy alta a los callos, bien limpios, sabrosos, con una sala melosa, acompañados de papada ibérica y de huevo poché. También tienen muy buena acogida el tataki de venando, el solomillo de jabalín con crema de queso de Bejes, las carrilleras ibéricas o el solomillo de novilla.

Los postres caseros, dan la talla como la tarta de queso.

Dirección: C/ El Somo 114. San Román de la Llanilla (Santander). Teléfono: 942337035.

Propietario y director: David Andrés Inaugurado: 8 de diciembre de 2015. Jefe de cocina: Hamza Zaidi.

Segundo de cocina: Iván Vía.

Jefa de sala: Isabel Pérez.

Estilo de cocina: Tradicional con toques creativos.

Precio medio de la carta: 40 euros. Menú diario: No.

Capacidad: 120 comensales en dos comedores y más mesas en la zona de barra.

Terraza: Varios espacios, 100 plazas.

Horario: De 10.30 horas hasta fin del servicio de cenas.

Cierra: Domingo. El día completo.

Bodega: Unas 50 referencias.

Café: Dromedario.

Alojamiento: 20 habitaciones.

Aparcamiento: Propio.

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