Platillos a través de un viaje al ingenio mexicano

Las plataformas se han convertido en auténticas embajadoras de culturas e identidades. La moda de lo culinario cruza la producción y programación de creaciones audiovisuales marcadas en muchos casos por el viaje, los trayectos, los retratos callejeros, la divulgación y la configuración de un caleidoscopio de sabores, fogones y aromas. Pero también de costumbres, tradiciones y relatos con la comida como bandera. El caso de México destaca por cantidad y diversidad de miradas, que se adentran en la singularidad cultural y gastronómica en particular. 'Sushi a la mexicana', por ejemplo, es una película donde la cocina es el punto de encuentro entre dos culturas, que refleja aprendizaje, crítica e inmigración. Otro ejemplo en el tiempo, ya traído aquí, es el de 'Una historia de dos cocinas' que acerca la figura de Gabriela Cámara, restauradora de éxito en Ciudad de México, que abre su restaurante Cala en San Francisco.

La última en incorporarse este pasado mes de enero es 'La gula divina', serie documental sobre un viaje culinario para descubrir el ingenio mexicano, entre formas bizarras, platillos y combinaciones de sabores. Seis episodios concebidos como un poema visual de peculiares y deliciosos sabores. Comidas del barrio que van descubriéndose en entregas temáticas.

Desde las micheladas, bebida conformada mediante cerveza aderezada con lima, dulce, marisco y hasta carne seca; a las papitas preparadas, entre la salsa, el queso y los frijoles; o los postres pecadores, además de las conchidas, reinas de los panes mexicanos, entre colores y experimentación. Y sin faltar los platos de a kilo, caso de un burrito del tamaño de un bebé, o una torre de diez pisos de hamburguesa, platos favoritos en su versión gigante. Cercana a Street Food, 'La divina gula' es una fiesta efervescente de primeros planos gastrocoloridos.

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