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En el interior de estas vainas está la habichuela o alubia. fotolia
La habichuela, un plato de cuchara para cualquier día del año
Cultura Gastronómica

La habichuela, un plato de cuchara para cualquier día del año

La habichuela es un alimento que además de estar considerado un manjar, es de lo más apropiado para quienes cuidan su talla

Sábado, 2 de julio 2022, 07:22

La habichuela, fruto inmaduro de la planta Phaseolus vulgaris, es una verdura que también recibe otros nombres: judía verde, poroto verde, vainica o chaucha. Son vainas aplanadas y alargadas en cuyo interior se dispone un número de semillas, variable según la especie.

En nuestro país, a la habichuela en el norte se la llama alubia o fabe. En la zona centro, judía blanca (pinta, roja, etcétera) y en Andalucía y otras regiones, se la conoce como habichuela. Pueden ser rojas, negras, blancas, marrones...

Curiosidades y características

  • Los 'faxones' de Colón. Es uno de los alimentos más antiguos conocidos del hombre, por lo que las curiosidades que le rodean son innumerables. Como los nombres que les puso Cristóbal Colón: faxones y favas, por su parecido a las habas del viejo mundo.

  • Climas cálidos. Es su mejor ambiente para prosperar, en sus dos variedades.

  • Qué es. Planta herbácea anual, de la familia de las Papilionáceas, con talles endebles y volubles, de tres o cuatro metros de longitud, hojas trifoliadas, flores blancas y frutos en vainas aplastadas. Terminan en dos puntas y con varias semillas de forma de riñón, llamadas judías, cuando están secas.

  • Su nombre, del latín. El apelativo de habichuelas, proviene del diminutivo de haba, nombre del latín faba.

  • En la cocina de vanguardia. Con habichuelas también se pueden hacer untables tipo hummus y hasta hamburguesas. Es un plato que contiene pocas calorías y que se puede consumir los 12 meses del año, aunque en apariencia resulte contundente. Como vegetal, aporta muchas ventajas para una alimentación saludable.

Ricas en vitaminas C, K y A, aportan también riboflavina y entre sus propiedades, son desinflamantes, por lo cual ayudan a reducir los síntomas de ciertas enfermedades, como el asma, la artritis y el reumatismo. Así que, más allá de ser deliciosas, son una fuente de proteína vegetal, imprescindible para una alimentación sana.

Se calcula que hay más de 300 variedades, entre blancas, rojas, negras, canela y pintas. En España tres zonas tienen Denominación de Origen: la Faba de Asturias (con la variedad Granja Asturiana), las Judías de El Barco de Ávila (que protege varias variedades blancas y moradas) y La Bañeza leonesa.

En la mesa, son un auténtico placer gastronómico, aprovechando una versatilidad extraordinaria. Plato de cuchara que puede servir, además, tanto para el verano como para el invierno. Una vez desenvainadas, y fáciles de conseguir tanto en supermercados y grandes superficies como en fruterías y mercados, no necesitan remojo para poder cocerse. Simplemente, se añaden a la cazuela y se cocinan hasta que estén tiernas. La lista de platos que se pueden preparar es muy larga, tanto fríos como calientes. Un clásico es el arroz con habichuelas y jamón.

Por supuesto, se pueden elaborar riquísimas cremas y purés. Incluso pensando en la cocina más innovadora, se pueden hacer untables tipo hummus, o machacar para preparaciones tipo hamburguesas o albóndigas. Es importante consumirlas en el mismo año de su recolección, de manera que resultarán mucho más sabrosas y tiernas, con una piel más tersa que no se desprende tanto durante la cocción. Se pueden congelar en crudo, preferentemente en bolsas de vacío.

Mundialmente conocida la habichuela en México y otros países de centroamérica, se conoce como planta de frijol. Latinoamérica produce cerca del 45%, con Brasil y México a la cabeza. Le sigue África (20%).

Aunque admite una amplia gama de suelos, los más indicados son los ligeros. Y si el clima es cálido, mejor que mejor. Indudablemente, un plato contundente, pero muy saludable.

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