Amarella, la cafetería de Santander en la que sirven más de 1.000 cafés al día

Y volvemos al títular de esta crónica: ¿Es posible servir más de mil cafés al día? La respuesta es que en Amarella ya se ha superado por poco esta espectacular cifra que significa que se prepara algo más de un café por minuto.

Pero, más allá de la anécdota y posiblemente del récord en Cantabria, es preciso detenerse en los argumentos que tiene Amarella para ser un establecimiento tan concurrido y con tanta reputación. Puede apuntarse a su buena ubicación, en una zona muy transitada; a una decoración del local moderna y atractiva; a una gastronomía sencilla pero más que correcta; a la buena atención de los camareros con los clientes; a la profesionalidad de su propietario y barista y de la encargada y también barista, Carmen Ortiz; a la buena relación calidad-precio... Todos estos ingredientes del cóctel son certeros e imprescindibles para rubricar el éxito, pero hay un factor más que es tanto o más decisivo, no en vano es la especialidad de la casa: la calidad de sus cafés.

Amarella se ha convertido en un lugar de peregrinaje para los amantes del buen café. Aquí se prepara cada uno con mimo, con minuciosidad, con técnica y buenas materias primas, no faltando el dibujo cuando se termina con leche. Jaime es un fanático del café y Carmen comparte esa pasión que afianzó cuando se proclamón campeona regional de baristas.

Contemplar desde la barra el ritmo de trabajo que hay en torno a la máquina de café resulta sorprendente. La secuencia es interminable. La máquina empleada es una Storm de dos grupos, de origen italiano. Es una combinación artesanía y de altísima tecnología, una máquina de competición que garantiza el control total del suministro manual del café y, al mismo tiempo, permite al barista profesional matizar y programar digitalmente cada extracción.

La materia prima es de Dromedario, cafés de primer nivel, siempre cien por cien arábica. Para el café normal, un Costa Rica; para el descafeinado, un Colombia; y, además tienen cafés de finca de altísima calidad, que van rotando, ahora Costa Rica, Hawaii y México. Los precios, 1,30 euros en barra, 1,50 en terraza y diez céntimos más en cada caso si se trata de cafés premium de finca.

El soporte son tazas de porcelana cónicas especial para espressos y vaso de cristal para el mediano. Emplean además varias leches; entera, desnatada, soja, almendra y sin lactosa.

Cada café son 22 segundos de caída, llegando a la taza a 90º, por encima se quema. En ese tiempo se emplea para calentar la leche. Y concluye el proceso con el dibujo, unos tres segundos. Trabajo en cadena para atender las peticiones simultáneas en ocasiones de hasta seis camareros.

A partir de los aproximadamente ocho kilos de café que se muele aquí a diario, señala Carmen que el que concentra la demanda es el mediano, cerca del 80%. A mucha distancia están el café grande y el café solo.

Como detalle de la casa, cada café se acompaña de un pedacito de bizcocho: se elaboran entre 24 y 36 a diario.

Precisamente en la cocina oficia Elsa Olea, una joven de 23 años que en 2017 ganó Chef Cantabria. Desarrolla una cocina tradicional con raciones de picoteo, varios tipos de ensalada, un rico arroz meloso con un toque picante y carnes de los Valles Pasiegos.

Ubicación: C/ Calderón de la Barca nº 15. Santander

Teléfono: 942 821675.

Dirección: Jaime Bárcena

Inaugurado: 30 de junio de 2020.

Cocina: Elsa Olea.

Barista: Carmen Ortiz.

Estilo de cocina: Tradicional, con toques de actualidad.

Precio medio de la carta: Entre 20-25 €.

Plato de cuchara del día: 8,50 €.

Capacidad: 50 comensales.

Terraza: 11 mesas, 44 personas.

Horario: De 8 a 23 de lunes a jueves. Viernes y sábado abre hasta media noche. Sábado abre a las 8.30 h.

Cierra: Domingo.

Bodega: Unas 10 referencias de vino y tanques de Mahou.

Café: Dromedario.

Wifi: Sí.

Aparcamiento: Subterráneos de Machichaco y Alfonso XIII.