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Este viernes, 18 de diciembre, a partir de las 18.30 horas, se entregarán los Premios de la Academia Cántabra de Gastronomía en la Universidad Europea del Atlántico donde la institución que preside el médico Javier Hernández de Sande y que componen otros 16 académicos distinguirán por segundo año consecutivo a los mejores profesionales y establecimientos de hostelería de 2020.
Ignacio Solana, chef y propietario del restaurante Solana en La Bien Aparecida (Ampuero) recibirá el premio al mejor cocinero; Elvira Abascal, jefa de sala y responsable de eventos del restaurante El Nuevo Molino, en Puente Arce, será distinguida como mejor jefe de sala/sumiller; Gema Montes, del restaurante Cañadío en Santander, será premiada como mejor camarera de barra; el restaurante Segis, en Carrejo (Cabezón de la Sal), dirigido por Luis Prieto, será galardonado como mejor restaurante tradicional; y Ángel Luis Gómez Calle, profesor de la Escuela de Hostelería del IESPeñacastillo y miembro de la asociación de catadores Umami, ha sido elegido para recibir el premio especial de la Academia de 2020.
Finalmente, la Academia ha realizado una mención especial a los hosteleros de Cantabria por las dificultades que están atravesando durante 2020. Recogerá este premio Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería.
Dice un gran aficionado a la gastronomía de él que se trata de un chef cuya cocina encanta a cualquier persona que lleves a su restaurante familiar. Es capaz de llegar a todos los paladares, lo mismo que es reconocido en su faceta personal por su cercanía, accesibilidad y cultivo de la amistad. Ignacio Solana (1979) se ha convertido por méritos propios, dentro y fuera de la cocina, es una de las grandes referencias de la gastronomía de Cantabria.
Más allá de los reconocimientos que acumula, una estrella Michelin, dos soles Repsol y el premio Alimentos de Cantabria, Nacho –como le llaman sus amigos– tiene una gran capacidad de liderazgo y una personalidad que se proyecta cada año en sus propuestas gastronómicas donde no oculta la herencia recibida de su madre, Begoña, que convive con naturalidad con platos de autor y contemporáneos en los que mantiene un gran protagonismo el producto de proximidad.
Natural de Liérganes –y pasiega–, comenzó su andadura profesional en el sector de la hostelería muy joven, en el Hotel-Restaurante El Cantábrico. Posteriormente trabajó en el Balneario de Liérganes y en el Palacio de Guevara en Treceño, hasta que en el año 2006 entró a formar parte del equipo del restaurante El Nuevo Molino (una estrella Michelin desde 2009 y dos soles Repsol desde 2020), donde ejerce de jefa de sala y responsable de banquetes.
En el día a día, coinciden quienes la conocen y han visto trabajar, que Elvira destaca por su naturalidad en el trato directo y personalizado con el cliente, cercano pero siempre marcado por la profesionalidad, y por una constancia que le han permitido crecer hasta convertirse en un referente de uno de los restaurantes más icónicos de la región. Ya en la mesa sabe transmitir con sencillez las bondades del producto y de la cocina del chef Toni González.
Desde 2012, al frente de este restaurante está Luis Prieto, un topógrafo enamorado de la gastronomía y natural de Carrejo, que vio la posibilidad de compatibilizar su profesión con la hostelería. Y no solo lo ha consiguido, con dedicación y gusto, si no que ha logrado posicionar a su establecimiento como un restaurante tradicional en el que el cliente disfruta de una interesante oferta de raciones de siempre y de una carne de raza tudanca de la zona excepcional.
Gema comenzó su andadura profesional en este sector en el Hotel Alisas, como camarera de pisos. Luego paso a la sala de la cafetería del Hotel Central en 2001. Hasta 2006 trabajó en el Diluvio y desde entonces es un rostro familiar para todos los clientes que frecuentan la barra y el restaurante Cañadío, donde ha sido encargada durante 12 años. Trabajando mano a mano con Teresa y Paco, reconoce que este premio es un golpe de moral y un reconocimiento para todo el equipo de Cañadío, donde está a gusto con su trabajo y donde la barra es su hábitat favorito.
Docente comprometido y preocupado por el futuro laboral de sus alumnos (ejerce como profesor de Servicios de sala y barra en el IES Fuente Fresnedo de Laredo); apasionado del producto de calidad, lo que le llevó a impulsar la creación de la asociación de catadores Umami que dinamiza organizando numerosas actividades –incluso en las circunstancias actuales, con catas virtuales–;gran conversador y persona muy formada en materia culinaria, Ángel Luis Gómez Calle es una referencia para todos quienes buscan una opinión llena de sentido común. Sus experiencias e impresiones comparte de forma periódico en las páginas de este suplemento Cantabria en la Mesa. Comenzó su andadura profesional como camarero, pero su espíritu docente le condujo a sacar las oposiciones para ejercer como profesor de Formación Profesional. Entre vinos, quesos, anchoas, jibiones, carnes o pescados no es difícil encontrarle en Laredo.
La Academia ha tenido en consideración las penalidades que está viviendo en 2020 el sector de la hostelería en todas sus facetas a causa de la pandemia del covid-19 y ha introducido en sus premios una mención especial para el conjunto de los hosteleros de la región, ya sean empresarios, autónomos o trabajadores por cuenta ajena. La distinción, en nombre de todos ellos, será recogida por el presidente de la Asociación Empresarial Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas, que agrupa a cerca de dos mil negocios del sector en toda la región.
Precisamente la Asociación, con su presidente al frente, ha mostrado a lo largo de 2020 su cara más reivindicativa ante los sucesivos cierres que ha sufrido –y sigue sufriendo– el sector Horeca. Las pérdidas, los ERTE, las condiciones de trabajo y un futuro desalentador han generado una serie de reivindicaciones razonadas con las que se pretende sea tenido el cuenta el papel económico y social que tiene la hostelería en su conjunto.
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Ana del Castillo
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