Hoy preparamos salpicón de bonito

Tradicionalmente un salpicón era un plato que se elaboraba con distintas carnes picadas, el más tradicional era el salpicón de vaca. La carne se estofaba lentamente con tocino de cerdo y se aderezaba con algunas verduras, pimienta, vinagre y sal, y servido con cebolla troceada. Se cree que este era un plato humilde de las familias españolas a finales del siglo XVIII, no se necesitaban cortes nobles, así que era accesible para la mayoría de la población. Con el tiempo ha ido evolucionando, hasta el punto que el más conocido ahora mismo es el salpicón de marisco, pero por definición el salpicón se puede hacer de muchas cosas.

Comenzamos nuestra receta con el bonito, cociéndolo como ya hemos hecho en alguna ocasión más. Ponemos agua a hervir con un par de cucharadas de sal y, cuando esté lista, introducimos el lomo de bonito limpio de piel y espinas. Lo dejamos hasta que comience a hervir otra vez y apagamos el fuego, tapamos y en 10 minutos lo tenemos listo.

Además del bonito vamos a añadir en nuestro salpicón unas colas de langostino o gambón, lo que prefiráis, que también cocemos unos segundos y enfriamos rápidamente en agua con hielo y sal, para que no se nos pasen de cocción. Otra de las cosas que va cocida en nuestro plato de hoy es el huevo. Cocemos un par de ellos unos 10 minutos y los dejamos enfriar para pelarlos.

Básicamente lo tenemos, ahora solo falta picar las verduras; a mi me gusta utilizar cebolleta fresca para que no tenga un sabor demasiado intenso, también podéis hacerlo con cebolla y después de picarla pasarla un momento por el agua para quitarle un poco de intensidad. El pimiento verde fresco es otro de los ingredientes fundamentales de nuestro salpicón, lo cortamos también en daditos pequeños, como la cebolleta, de medio centímetro. En cambio el pimiento rojo me gusta más ponerlo asado, porque le aporta otra intensidad, no tanta textura pero un sabor increíble. Procedemos a hacer lo mismo que con el verde y lo ponemos junto con la cebolleta en un bol grande.

Añadimos el bonito, las colas de los gambones peladas y el huevo picado también. Hay gente que lo ralla por encima, a mí me gusta picarlo y de vez en cuando encontrar algún trocito.

Aliñamos con un buen vinagre de jerez, al gusto, sin pasarse pero sin quedarse corto que esto es un salpicón y que debe de tener carácter. Y, por último, el aceite de oliva, que no sea demasiado potente porque su sabor puede enmascarar a los demás

Mezclamos todo bien y lo dejamos reposar en el frío al menos un par de horas.

Antes de servir lo sacamos y lo dejamos a temperatura ambiente unos minutos para que no esté demasiado frío, y a disfrutar.