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Además del 'fish and chips', la receta que hoy nos ocupa es uno de los platos más populares entre los británicos. Es común encontrarlos en los típicos puestos de la calle, aunque no hay nada como un pastel de pollo y champiñones recién horneado en ... casa. De verdad que vais a alucinar con lo sencillo y rico que es.
El pastel inglés de pollo estofado con setas es mucho más que una simple receta culinaria, es un pedazo de historia gastronómica que refleja la esencia y el ingenio de la cocina británica.
La historia de este icónico pastel se remonta a siglos atrás, cuando la cocina inglesa comenzaba a tomar forma. Aunque no se puede establecer una fecha exacta de su creación, se cree que platos similares a base de carne y masa ya se consumían en la Inglaterra medieval.
Como en tantas ocasiones, esta receta se desarrolló como una respuesta ingeniosa a la necesidad de conservar y utilizar ingredientes en un clima donde la frescura no siempre estaba garantizada. La combinación de pollo, setas y otros ingredientes estofados en una rica salsa proporcionaba una opción que podía ser almacenado y consumido en diferentes momentos. Con el paso del tiempo este pastel se convirtió en un alimento reconfortante y un pilar de la cocina rural británica. Durante la época victoriana, la tradición de los 'pie and mash shops', las típicas tiendas de pastel y puré de patatas, se volvió popular en Londres y otras ciudades, sirviendo pastel de pollo estofado con setas y otros pasteles salados como una comida rápida y deliciosa.
Hoy en día, este pastel clásico sigue siendo un elemento esencial en la gastronomía británica. Su rica historia y su evolución a lo largo de los años hacen que sea una delicia que trasciende |el tiempo, manteniendo viva la tradición culinaria de Inglaterra y deleitando a los amantes de la comida en todo el mundo.
Contramuslos de pollo.
Champiñones.
Masa de hojaldre.
2 puerros.
2 cebollas.
2 dientes de ajo.
Bacon.
Tomillo.
Harina
Troceamos los contramuslos y los doramos en una cazuela a la que añadimos un par de cebollas picadas, dos puerros y un par de dientes de ajo, unos tacos de bacon y lo rehogamos todo junto que se vaya haciendo poco a poco.
Cuando esté la verdura blandita añadimos los champiñones troceados y salpimentamos al gusto. Debe hacerse un par de minutos, le ponemos unas hierbas frescas –un poco de tomillo le va genial–, añadimos una cucharada sopera de harina, lo movemos bien para que se integre y dejamos que se haga en condiciones. Vamos añadiendo poco a poco leche caliente, hasta conseguir la consistencia que queramos: tiene que quedar una salsa ligera pero cremosa.
Dejamos que cueza todo el conjunto un par de minutos y lo pasamos a una fuente de horno, en la que haremos el pastel, para lo cual vamos a necesitar una masa de hojaldre, aunque con una masa quebrada también se puede hacer y queda estupendamente. Tapamos con la masa todo el contenido de la fuente y la llevamos hasta el borde y lo sellamos con un tenedor, como se ha hecho toda la vida con las empanadillas en casa, con un cuchillo hacemos un corte en forma de cruz en el centro para que la masa no se ablande con el horneado y haga de chimenea.
Precalentamos el horno a unos 200º y lo dejamos hasta que la masa esté totalmente hecha. Si queréis podéis pintarla con huevo antes de meterla al horno para que al sacar el pastel nos salga dorado y brillante.
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