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No, no me he vuelto loco, ni se me ha olvidado escribir, este peculiar nombre que tiene la receta que hoy os traigo no es más que unos sabrosos raviolis vietnamitas, que voy a adaptar un poco a mis gustos, pero que veréis que sencillos ... son de hacer y qué versátiles. Son un entrante o aperitivo ligero, consistente en una masa rellena de gambas y acompañado de una salsa de cebollino, chiles y cilantro, y aunque la receta original tiene diversas versiones, las gambas suelen estar presentes siempre, acompañadas de pollo, panceta, carne de cerdo o setas.
Nosotros vamos a simplificar la receta y vamos a hacerla un poco nuestra, pero con ese toque que le van a dar ingredientes como el cilantro o el jengibre y nos van a saber a Asia.
Colas de gambas.
Contramuslos de pollo, sin piel y deshuesados.
Setas deshidratadas (recomiendo las shiitake).
Cebolleta fresca.
Calabacín.
Tomates maduros.
Cilantro y jengibre.
Pasta wonton.
Arrancamos picando el pollo y las gambas, bien pequeño; rallamos parte del jengibre en la mezcla de ambos picados; vamos a aprovechar los tallos del cilantro para picarlos bien finos también y añadirlos a la mezcla; y, por último, las setas. Si las habéis comprado deshidratadas lo primero que tenemos que hacer es regenerarlas, lo que conseguimos introduciéndolas en agua ligeramente templada.
En primer lugar las ponemos en un bol. Hay que tener en cuenta siempre que las setas secas multiplican su volumen una vez reconstituidas; calculad bien la cantidad de producto que vais a necesitar, y el tamaño del bol. Otro de los matices importantes a tener en cuenta es el agua, no por utilizar agua a una temperatura muy alta vamos a conseguir un resultado mejor, porque sería demasiado agresivo para las setas, aunque acelerara bastante el proceso, es más que suficiente si está a temperatura ambiente o ligeramente tibia, ni muy fría ni muy caliente, y esperamos un mínimo de media hora; normalmente con ese tiempo es más que suficiente para que estén perfectas. Las picamos y las añadimos también.
En una cazuela o sartén calentamos un poquito de aceite y añadimos la mezcla, a fuego bien fuerte. Se tiene que dorar todo muy rápido. Añadimos también bien picados la cebolleta fresca y el calabacín, pero esto casi cuando ya vayamos a sacarlo, no necesitamos que apenas se cocine. Apagamos el fuego y lo reservamos.
Nos ponemos con la 'salsa' que va a acompañar los raviolis. Picamos los tomates en daditos, sin piel ni pepitas, añadimos abundante cilantro picado y un chorrito de aceite de oliva, para que se note dónde estamos, salpimentamos y reservamos.
Es hora de armar los raviolis. Rellenamos la pasta wonton con la mezcla, poniendo un poco en el centro y tapando con otra oblea, sellamos mojando los bordes con un poco de agua.
Cuando los tengamos todos, en una sartén, doramos los raviolis en una gota de aceite hasta que estén doraditos y crujientes por la base, luego, añadimos un chorrito de agua y tapamos rápidamente. Queremos que se genere vapor y que se cocinen ahí dentro durante un par minutos.
Los tenemos listos para servir. Colocamos los raviolis en un plato y agregamos un poco de la salsa del tomate por encima.
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