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Que el garbanzo es una de mis legumbres favoritas ya os lo he confesado en alguna otra ocasión. Me encantan de cualquier manera, excepto en los mix de frutos secos que todavía no entiendo que pintan en esas bolsas. Aún así, son una de las ... legumbres más antiguas y populares en todo el mundo. Originarios de Oriente Medio, estas pequeñas semillas han sido cultivadas y consumidas desde hace miles de años, desempeñando un papel fundamental en la dieta de muchas culturas a lo largo de la historia.
Su importancia como leguminosa radica en su valor nutricional y versatilidad culinaria. Los garbanzos son una excelente fuente de proteínas, fibra, vitaminas y minerales esenciales. Su contenido de proteínas los convierte en un alimento fundamental para aquellos que siguen dietas vegetarianas o veganas, así como para aquellos que buscan alternativas saludables a la carne. Además, son ricos en hierro, calcio, fósforo y vitaminas del complejo B, elementos esenciales para el funcionamiento óptimo del organismo.
No solo por sus beneficios nutricionales, los garbanzos también destacan por su capacidad para adaptarse a diversas preparaciones culinarias. Pueden ser consumidos en forma de hummus, ensaladas, guisos, sopas y curry, entre otras. Una de las maneras que más me gustan y que resalta su versatilidad es la receta que hoy os traigo, una crema de garbanzos con chistorra a la sidra.
El resultado es una mágica combinación de la textura cremosa de los garbanzos con la sabrosa chistorra y ese sabor característico que le da al cocinarla en la sidra. Es un plato reconfortante y delicioso que podéis disfrutar en cualquier ocasión.
Garbanzos.
Una cebolla.
Un puerro.
Chistorra.
Sidra.
Nata.
Sal.
Pimienta.
Para esta elaboración vamos a necesitar los garbanzos que habremos puesto a remojo. Recordad, siempre con agua caliente, no hirviendo, a una temperatura que sea cómoda al tacto, y de víspera, vamos, la noche anterior a la elaboración de la receta.
Al día siguiente los escurrimos y los ponemos en una olla, junto con una cebolla pelada y un puerro, los cubrimos con agua, también caliente, encendemos el fuego –medio–, los tapamos y los dejamos que se cocinen alrededor de una hora y media, pero lo mejor es ir viendo como van de tiernos. Una vez cocidos los reservamos y con ellos un poco del agua de la cocción.
Vamos con la chistorra. La cortamos en trozos pequeños y a la sartén, le damos unas vueltas e incorporamos la sidra, un vasito para que los cubra, y lo dejamos reducir hasta que casi desaparezca por completo. Reservamos.
Llega el momento de triturar los garbanzos. Lo haremos en un vaso de batir y les iremos añadiendo el liquido de la cocción según veamos que van necesitando, hasta que quede una crema sedosa y tirando a ligera. Podemos añadir un poco de nata y, lógicamente, sal y pimienta al gusto.
Volvemos a poner nuestra crema al fuego y dejamos cocer unos minutos justo antes de servir. La pasamos a un bol y ponemos unos trocitos de chistorra por encima.
Estoy seguro de que os va a encantar porque es una opción deliciosa y nutritiva para volver a retomar los sabores auténticos.
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