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Si hay algún plato que siempre entra perfectamente en verano, éste es la ensaladilla rusa, que como bien sabéis se dice que tiene su origen en el restaurante L'Hermitage de San Petesburgo, donde el chef francés Lucien Olivier realizó por primera vez esta receta ... en 1860. De hecho en Rusia esta ensalada fría se conoce como ensalada Olivier, aunque la receta original difiere bastante de los habituales ingredientes que ahora mismo conocemos ya que incluía diversas carnes, cangrejo ruso, lechuga y alcaparras, todo amalgamado con una mayonesa con bastante vinagre y mostaza.
A lo largo de los años la receta ha ido evolucionando hasta lo que, hoy en día, se ha convertido en uno de los básicos del verano, ya sea en casa o en cualquier bar.
Patata, huevo cocido y mayonesa forman la base de cualquier ensaladilla que se precie. A partir de ahí, la imaginación o la forma de elaboración es pura fantasía. Se han visto cosas inverosímiles a la hora de innovar con la ensaladilla, así que en esta ocasión se puede decir que vale todo, bueno mejor dicho casi todo.
Evidentemente os recomiendo utilizar los mejores ingredientes que os podáis permitir, y por supuesto cocinarlos adecuadamente. Si seguís paso a paso el proceso, conseguiréis el éxito y este verano vuestra ensaladilla se convertirá en un imprescindible en vuestro entorno de familia y amigos.
Patata.
2 huevos cocidos.
Mayonesa casera.
Bonito en conserva.
Aceitunas.
Anchoas de Cantabria.
Pimiento rojo.
Comenzamos con las patatas, siempre patata de buena calidad. Las ponemos a cocer con piel en agua fría con 3 gr. de sal por litro, controlando mucho la temperatura de cocción, porque tiene que ser suave para que no pase de 90º, por tanto no tiene que hervir en ningún momento. Mantenemos en el fuego hasta que estén al dente. Para ir comprobando las vamos pinchando con una brocheta que llegue fácilmente hasta el centro. Dejamos que se enfríen, las pelamos y las rallamos con un rallador grueso, las reservamos en un bol al que añadiremos el huevo cocido rallado con el mismo rallador. La cantidad de huevo va un poco a gusto de cada uno, a mi me gusta que se note.
Hacemos una especie de pasta, cremosa y sedosa, mezclada con la mayonesa casera, que sea la base de la ensaladilla.
A partir de aquí cada uno es un poco libre de añadir los ingredientes que más gusten. Mis opciones preferidas, evidentemente bonito no puede faltar en una ensaladilla que se precie, tenéis la opción de integrarlo en la base de patata o si no distribuirlo aleatoriamente, como os apetezca.
Las aceitunas son ese contrapunto que de vez en cuando te encuentras en un bocado y que su sabor salino te aporta matices diferentes a los anteriores, siempre cortadas en 3 trozos y rellenas de anchoa, no pueden faltar.
Unas ricas anchoas de Cantabria. Aquí ya comienza el tema de la decoración. Una vez hecha la base la disponemos en un plato, cubrimos con un poco más de mayonesa, sin pasarnos, rallamos por encima el último huevo cocido, esta vez con un rallador fino, y colocamos por encima las anchoas, con sutileza, intercalando entre ellas unas finas tiras de pimiento rojo asado, que siempre ha estado presente en las decoraciones de las clásicas ensaladillas de bar. Unos picos de pan y a comer, si puede ser sin meter en la nevera mejor.
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