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Ya os he hablado varias veces de Ginés, vecino del pintoresco pueblo de Udalla; allí se encuentra un rincón de tierra que alberga un tesoro culinario: sus tomates. Con una dedicación infatigable y un amor profundo por la tierra que cultiva, Ginés se ha convertido ... en un custodio de uno de los secretos mejor guardados de la gastronomía cántabra: tomates que capturan la esencia misma del sol y la pasión.
En esta humilde huerta, donde las montañas se funden con el río Asón, los tomates de Ginés encuentran su hogar. Año tras año, Ginés trabaja la tierra con una dedicación casi ritual, cada semilla es sembrada con esperanza y cada planta es cuidada con esmero, siguiendo las enseñanzas transmitidas de generación en generación. Su enfoque no es simplemente producir tomates, sino criar obras maestras que llevan el auténtico sabor de la tierra y el clima de Cantabria.
Ginés ha perfeccionado su arte a lo largo de los años, desarrollando técnicas que se combinan con el conocimiento ancestral de su familia. Los tomates son mimados con el clima fresco y húmedo de la región, creciendo lentamente para desarrollar su sabor único y su textura jugosa, esos tomates que tanto nos gusta decir que saben a tomate. Su pasión por la tierra y su compromiso con prácticas agrícolas sostenibles son evidentes en cada tomate que cosecha, que no son mas que una manifestación del amor por conseguir un sabor excepcional en cada bocado.
Como cada año siento la necesidad de rendir mi pequeño homenaje desde estas páginas, y como no sé hacerlo de otra manera, le dedico esta receta que estoy seguro le va a encantar. Se trata de un plato de temporada, una excepcional forma de saborear varios productos que están ahora en su momento óptimo y que por ende son asequibles.
Tomates de Udalla.
Ensaladilla rusa.
Lomo.
Una piparra encurtida.
Mayonesa.
Elegimos unos tomates que sean más uniformes, lavándolos bien y cortándolos por la mitad, pero de manera horizontal para que las dos bases tengan estabilidad a la hora de montar el plato, los reservamos y seguimos a lo nuestro. Hace unas semanas os comenté cómo hacer la ensaladilla perfecta, pues bien, esta receta es perfecta para aprovechar esos restos, que, aunque no sea habitual que sobren, pueden quedar en un túpper en la nevera. Os propongo algo mejor, la próxima vez que hagáis ensaladilla haced un poco más para preparar al día siguiente estos deliciosos tomates.
Ponemos una generosa cucharada de ensaladilla encima de los tomates, a los que previamente les hemos puesto una pizca de sal por encima, y coronando un trozo de bonito, si queréis en conserva también vale, pero estando en temporada os aconsejo que aprovechéis, marquéis un lomo a la plancha un poquito que nos quede rosado por el centro y listo. Ponemos encima la ensaladilla y para rematar una piparra encurtida, ese toque de vinagre aporta mucho más de lo que pueda parecer y añadimos un poco de mayonesa por encima.
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