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Uno de los cefalópodos más estimado gastronómicamente hablando, el calamar, llega a 'La receta del día' en uno de sus cocinados más populares: encebollado. Aperitivo ... singular, el calamar admite muchas formas de presentación y en Cantabria adquiere el nombre singular de raba cuando está rebozado, un exquisito manjar. Pero el calamar encebollado es otro clásico de nuestra comunidad y del conjunto del país, constituyendo otro bocado excepcional. Un plato que no tiene especial dificultad siguiendo los pasos para su elaboración y que puede ser no sólo un buen aperitivo, sino un completo segundo plato para cualquier día de la semana.
Ingredientes
-1 kilo de calamares.
-2 pimientos verdes.
-2 cebollas.
-1 vaso de vino blanco.
-2 dientes de ajo.
-2 cucharadas de salsa de tomate.
-Aceite de oliva.
-Sal.
-Pimienta blanca molida.
-Pan rallado.
Elaboración
1.
Se limpian los calamares, quitando la bolsa, los ojos, las tripas y la piel.
2.
Si son pequeños, se cortan los cuerpos en aros con unas tijeras y, si son grandes, se cortan en trozos cuadrados. Las aletas y las patas se pican.
3.
Lo dejamos 24 horas en la nevera y sazonamos con sal y con los ajos (previamente machacados en el mortero) para que queden más tiernos.
4.
En una cacerola rehogamos la cebolla picada menuda, el perejil y los pimientos cortados en trozos finos. Si es necesario, se añade un poco de agua en este proceso de pochado.
5.
Agregamos los calamares y echamos también las dos cucharadas de salsa de tomate, un poco de pimienta molida, una cucharada de pan rallado y la sal y, finalmente, lo cubrimos todo con una capa de aceite de oliva.
6.
Dejamos que se hagan muy despacio, rehogándolos a menudo para que se mezclen bien los ingredientes. Cuando estén a media cocción, añadimos el vaso de vino blanco.
7.
Una vez que estén suficientemente tiernos los retiramos, los dejamos reposar media hora y se sirven.
En esta preparación, no se utiliza la tinta de los calamares. Se pueden freír las patas o la cebolla con harina para dar un toque crujiente al plato. La sal debe ser lo último que añadimos a la cacerola para evitar que la carne de los calamares tome un color rosado. Si durante la cocción hubiera que añadir algo de agua, se hará en muy poca cantidad.
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