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Están de temporada. Los mejillones y las alcachofas son producto de estas fechas y hay que aprovechar esta circunstancia para disfrutar de ellos. Por extraña que parezca la fusión, ambos ingredientes 'casan' perfectamente y lo hacen de la mano del gastrónomo Ricardo Ezcurdia. De su recetario se presenta hoy en esta sección de Cantabria en la Mesa un entrante cuya combinación de texturas y sabores no nos dejará indiferentes. Antes de empezar, Ezcurdia señala que «hay que hacer dos elaboraciones diferentes. Las alcachofas las vamos a confitar y los mejillones a escabechar». Manos a la obra.
12 alcachofas.
1 kilo de mejillones.
Sal y aceite de oliva y pimienta molida y en grano.
1 ramita de perejil.
½ vaso de vino blanco (para abrir los mejillones)-
1 vaso de vino blanco (para el escabeche).
1 vaso de vinagre de manzana.
4 dientes de ajo.
2 chalotas.
1 hoja de laurel.
Limpiamos bien las alcachofas y las reservamos en un bol con agua y una ramita de perejil. Las ponemos en una cazuela y las cubrimos con aceite de oliva, una pizca de sal y pimienta y si queréis un poco de perejil picado. Encendemos el fuego y las dejamos a fuego muy suave durante al menos 30 minutos. Pero como esto no es una ciencia exacta las vamos pinchando con un palillo para comprobar como están; en el momento que entre y salga sin resistencia, apagamos el fuego y las reservamos.
Vamos con los mejillones. Evidentemente los tenemos que limpiar bien. Los abrimos al vapor de la manera tradicional, en una cazuela con tapa, unas gotas de vino blanco y en cuanto empiecen a abrir los retiramos. Los sacamos de las conchas y nos quedamos con parte del agua que sueltan, lo pasamos por un colador fino y lo utilizaremos con un poco más de vino y vinagre de manzana para el escabeche.
Ponemos cuatro dientes de ajo, las chalotas picadas, la hoja de laurel y unos granos de pimienta en una cazuela y lo sofreímos todo. Bajamos el fuego, añadimos una cucharadita de pimentón picante e incorporamos el agua de abrir los mejillones, un chorrito de vino blanco, otro de vinagre y un vaso de aceite de oliva. Dejamos que vaya cogiendo un poco de temperatura sin que llegue a hervir e introducimos los mejillones sin cáscara. Apagamos el fuego y listo.
Montamos el plato con las alcachofas y los mejillones, emulsionamos un poco del aceite de las alcachofas con unas gotas del escabeche y añadimos unos chips de ajo.
Lo ideal es hacer los mejillones unos días antes y lo bueno es que se nos conservan en el mismo líquido bien tapados durante una semana o más.
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