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La primavera y el otoño son los meses del año en que la lubina se encuentra en su mejor temporada para saborearla, como manjar que ... es, además de versátil a la hora de llevarlo al plato. Porque admite muy diversas fórmulas de cocina, una de ellas, tan apetecible como sencilla, es la que llega a 'La receta del día'. Presentamos una lubina con patatas, asada al horno. Su elaboración no requiere gran dificultad, más allá de encontrar un buen ejemplar de lubina, lo que no será difícil porque abundan en nuestros mercados y lonjas. Sólo queda atraverse y disfrutar de un pescado que tiene pocas espinas (de ahí que sea perfecto para los pequeños de la casa) y apreciable, sobre todo, por su fino y delicado sabor.
Ingredientes
-1 lubina.
-500 gr. de patatas.
-500 gr. de tomates.
-1 cebolla.
-1 vaso de vino blanco.
-1 limón.
-Aceite de oliva.
-Sal.
Elaboración
1.
Limpiamos bien la lubina, quitándole las escamas.
2.
Se coloca en una fuente y rociamos por encima con sal y el zumo del limón.
3.
Picamos la cebolla y las patatas peladas y las colocamos en la fuente junto a la lubina.
4.
Hacemos lo mismo con los tomates, que limpiaremos y partiremos en gajos o rodajas, según gustos, para colocarlos alrededor del pescado. Sazonamos y añadimos por encima un poco de aceite y un vaso de vino blanco.
5.
Se introduce la fuente en el horno a temperatura media y dejamos que se ase durante una hora aproximadamente. Mientras se hornea, tendremos cuidado de sacar de vez en cuando la fuente para regar la lubina con la propia salsa que se vaya creando y el pescado quede jugoso por dentro.
6.
Lo presentaremos con todo el acompañamiento de las verduras y decoraremos con unas ramitas de perejil por encima.
La lubina es otro de los clásicos de la pesca en Cantabria. Es uno de los más buscados en el litoral de la región, sobre todo, por lo difícil que resulta dar con ella. Son pescados muy escurridizos, que están en continuo movimiento de unas zonas a otras.
El truco para saber cuándo la lubina está en su punto es colocarla abierta apoyada sobre la piel, de forma que la carne queda hacia arriba. Cuando la espina, que dejaremos a uno de los lados abiertos, se desprenda fácilmente sabremos que el pescado está listo.
A la hora de servir, podemos retirar la cabeza y las espinas y así lo disfrutaremos más cómodamente.
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