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Si hay un postre que nunca pasa de moda, ese es el flan de caramelo y si lo llevamos a su versión más refinada, nos encontramos con la terrina de «Crème Caramel», con su textura suave, su irresistible capa de caramelo y un aroma inconfundible a vainilla, este clásico de la repostería francesa es perfecto para cualquier ocasión, desde una comida familiar hasta una cena más elegante. Su receta nos llega a través del blog Claudi&Julia . «Lo mejor de esta receta es que, aunque suene sofisticada, es más sencilla de lo que parece. Siguiendo unos pasos básicos y con ingredientes que seguro ya tienes en casa, conseguirás un postre que hará que todos quieran repetir».
150 gr. de azúcar.
90 ml. de agua.
750 ml. de leche entera.
1 vaina de vainilla (abierta y con las semillas raspadas).
6 huevos.
75 gr. de azúcar glas.
310 ml. de nata para montar.
45 ml. de azúcar glas.
60 ml. de crème fraîche o nata agria.
Ralladura de 1 naranja.
Frutas frescas (al gusto).
Physalis o tomatillo chino (opcional).
Flores comestibles (opcional).
Engrasar ligeramente con mantequilla la base y los laterales de la terrina.
En un cazo, mezclamos el azúcar con el agua y calentamos a fuego medio hasta que el azúcar se disuelva. Luego, subimos el fuego a medio-alto y cocinamos sin remover hasta obtener un caramelo de color ámbar (retira cuando esté aún claro, se oscurecerá un poco más en los siguientes segundos).
Vierte el caramelo caliente en la terrina y gírala con cuidado para cubrir el fondo y un poco de los lados. Dejar enfriar mientras preparamos la base del flan.
Precalentamos el horno a 150 °C y preparamos un baño maría colocando un recipiente grande con agua en la bandeja del horno, a media altura del horno. En el mismo cazo donde hemos hecho el caramelo, calentamos la leche junto con la vaina de vainilla y las semillas.
Llevar la mezcla a punto de ebullición mientras raspamos los restos de caramelo que hayan quedado en el cazo. Retirar del fuego y dejar infusionar unos minutos.
Mientras tanto, batimos los huevos con el azúcar glas en un bol grande hasta que la mezcla quede ligera y cremosa (unos 5 minutos). Añadimos poco a poco la leche caliente a los huevos sin dejar de batir y colamos la mezcla directamente sobre el molde con el caramelo.
Colocamos la terrina en el baño maría. El agua debe cubrir aproximadamente la mitad del molde y horneamos durante unos 50 minutos, o hasta que al insertar un cuchillo en el centro, este salga limpio.
Sacamos la terrina del horno, dejamos enfriar unos 30 minutos a temperatura ambiente y luego cubrimos con su tapa. Lo dejamos refrigerar al menos 4 horas o toda la noche para que tome consistencia.
Monta la nata junto con el azúcar glas en un bol hasta que se formen picos suaves. Añade la «crème fraîche» y la ralladura de naranja y bate hasta que la mezcla esté bien firme. Reserva en la nevera hasta el momento de servir. Antes de servir, desmolda la terrina de «crème caramel», corta en porciones y acompaña con la nata montada, frutas frescas y, si quieres, un toque de flores comestibles para un acabado elegante.
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Ana del Castillo
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