Un reconocimiento al talento y al sacrificio

La VIII edición de los Premios Alimentos de Cantabria ya tiene ganadores tras la reunión del jurado el pasado miércoles en las instalaciones de El Diario Montañés. José María Alonso (Quesoba), Conservas Mari Asun Velar, Granja El Valle de Machucón, Bodegas Igarmi, Jorge Mariscal, El Buen Pastor y Tonino San Martín se han hecho acreedores por su talento, por su capacidad y empuje para desarrollar nuevos proyectos en el sector primario y por su sacrificio para poner al alcance de la sociedad productos agroalimentarios de calidad y saludable, siempre con el sello de Cantabria, para recibir el premio Alimentos de Cantabria en la Gala que se celebrará en el Teatro Concha Espina de Torrelavega el martes 9 de mayo a partir de las 19.30 horas.

Esta iniciativa, que nació hace ocho años, está organizada por El Diario Montañés y el suplemento Cantabria en la Mesa, y cuenta con el patrocinio de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, de la Oficina de Calidad Alimentaria (Odeca), de BM Supermercados y de Caixabank.

El jurado que decidió los premios en esta edición estuvo conformado por Fernando Mier, director de la Odeca; Gabriel Moreno, director del Centro de Investigación y Formación Agraria(CIFA), ambos organismos dependientes de la Consejería de Desarrollo Rural; de Jesús Maíllo, director de relaciones institucionales de Caixabank en Cantabria;Emilio Casuso, ingeniero y director académico del grado de Ingeniería de Industrias Agroalimentarias de la Universidad Europea del Atlántico; Íñigo Noriega, director de El Diario Montañés; y José Luis Pérez, redactor jefe del periódico en el área de suplementos.

Una vez más, la tarea del jurado fue complicada porque sobre la mesa había más de un centenar de candidaturas, la mayoría con muchos méritos.

Tras los oportunos debates, las decisiones se consensuaron para distinguir el empuje de José María Alonso no solo para tener su propia quesería sino para también dar el salto a la comercialización en Santander y Madrid; las ganas de hacer un producto de calidad con matices diferenciales de Patricia Tobías, responsable de la conservera que impulsó su madre, Mari Asun Velar; el compromiso con el producto ecológico, especialmente arándanos, de Miguel Ángel Anievas en la Granja El Valle de Machucón en Llanos de Penagos;por la continuidad y crecimiento de una empresa familiar como Bodegas Igarmi; por el dinamismo de Jorge Mariscal movilizando a pequeños artesanos agroalimentarios en el proyecto De Granja en Granja;y por la excelencia de El Buen Pastor bajo la dirección de Álvaro Ortiz en la fábrica ubicada en los Valles Pasiegos.

Por tercer año, la organización y el jurado de los Premios Alimentos de Cantabria han decidido conceder un premio extraordinario, más allá de las seis categorías que establecen las bases. Nunca hasta la fecha estos premios han distinguido al sector extractivo, a alguna persona o empresa especializada en la pesca en el Cantábrico para abastecer nuestras despensas de alimentos saludables. Un colectivo de profesionales que se juegan la vida en el mar, como se ha puesto de relieve en las últimas semanas con sendas tragedias que han conmovido a la sociedad.

Hasta ocho cofradías de pescadores hay a a lo largo del litoral cántabro, con más de mil puestos de trabajo directos –800 tripulantes de buques pesqueros, 50 rederas, 70 empleados de cofradías y 100 mariscadores–. Es difícil decantarse por un nombre, pero el jurado se ha decantado por otorgar este premio extraordinario a una persona que encarna todos los valores de la figura de un pescador de las costas de Cantabria. Bisnieto, nieto, hijo, hermano y padre de pescadores; hijo y padre de rederas y casado con otra de ellas. Más de 45 años surcando el Cantábrico en diversas embarcaciones. En la actualidad, patrón de Nuestro Padre Tonino, con sede en Laredo. Su nombre es Tonino San Martín Sánchez, conocido y apreciado en todos los puertos del Cantábrico desde Burela hasta Fuenterrabía.

El jurado ha estimado que reconociendo a su persona se rinde al mismo tiempo un homenaje a un sector trascendental en lo económico, en lo social y en el plano alimenticio, y en el caso de Cantabria con un fuerte arraigo en las comarcas del litoral.

El Buen Pastor es una empresa familiar de tercera generación, centenaria, con unas modernas instalaciones en San Vicente de Toranzo y cuyo responsable desde el año 2000 es Álvaro Ortiz del Piñal. La empresa la fundó su abuelo, Ramón Ortiz Villota, en 1920. Inicialmente elaboraron quesos y mantecas de forma artesanal. En los 50-60, la empresa logró un gran prestigio con la leche en polvo, y a finales de los 70, fue pionera con la leche líquida UHT en botella de plástico. En 1982 implantó el envasado en Tetrabrik y se introdujeron sistemas de calidad acordes a la entrada en la UE, al tiempo que ha diversificado los tipos de leche.

Farmaceútico de formación y de profesión, José María Alonso (Santander, 1964)es ejemplo de emprendimiento en una etapa de su vida de madurez. Tras ejercer una legislatura como diputado en el Congreso, cumplió su sueño de contar con una quesería artesanal en Sangas de Soba con albergue anexo –proyecto que ha desarrollado con su hermano Álvaro–. En una segunda fase ha puesto una pequeña ganadería de cerdos celtas. Luego se embarcó en la gestión de un puesto de quesos en el mercado de San Miguel, en Madrid, un modelo de éxito que ha implementado en Santander, en el Mercado del Este. Además ostenta la presidencia de la Red Española de Queserías de Campo y Artesanas (QueRed) y participa en la asociación cántabra Acequeso.

Empresa está vinculada al trabajo con los productos de la mar desde 1972. Más de medio siglo de una saga familiar que, primero trabajó pescaderías en Castro Urdiales y, desde 1990, la conserva de pescado.Patricia Tobias Velar, hija de Mari Asun, dirige la empresa que en su día impulsó su madre y ha introducido la innovación en el ADN de la compañía buscando la diferenciación. Además de las anchoas en aceite de girasol, desde finales de 2022 Conservas Mari Asun Velar comercializa 'Sabores del Cantábrico', seis octavillos de anchoa con toques de trufa negra, romero, picante, picual, mantequilla y ahumado. Además cuentan con hasta siete variedades de gildas. Varios de sus productos cuentan con premios internacionales.

Fomentar y divulgar el desarrollo del cultivo del arándano en Cantabria y desarrollar la conciencia ecológica y natural del medio a través de visitas guiadas para escolares, instituciones y familias son algunos de los méritos de Miguel Ángel Anievas, responsable de Granja El Valle de Machucón, ubicada en Llanos de Penagos. En su catálogo de productos destacan los arándanos ecológicos, pero también es una explotación con árboles frutales y huerta ecológica, y cuenta con bosque autóctono, plantas aromáticas y lagunas de anfibios. A las visitas se les ofrece degustación de productos de temporada de la granja (mermeladas, tomates, manzanas, higos…).

Cuatro generaciones están detrás de esta empresa familiar en activo en Cantabria desde 1890, dedicándose al embotellado y distribución de vinos. Su especialidad son los vinos blancos de crianza bajo velo de flor y los vermuts tan apreciados tanto en esta región como fuera de ella. Igarmi cuenta con una capacidad de almacenamiento de un millón de litros, un equipo humano de 25 personas y unas instalaciones de 3000 m2. Además de numerosos premios, la familia Igareda, con Jesús al frente, colaboradora en multitud de eventos y apoya a asociaciones del sector. Recientemente han lanzado un vino blanco IGP Tierra de la Costa de Cantabria, Chicucos, con uvas de viñas propias.

Jorge (Zaragoza 1980) es ingeniero Técnico Agrícola y fundador Slow Food Zaragoza y el Centro de Estudios Rurales de Aragón donde trabajó en aspectos alimentarios hasta 2010, cuando recibió el premio Medio Ambiente de Aragon y llegó a Cantabria. En 2012 crea Granja Marismas de Santa Ana, una ganadería vacuna con área de formación y sensibilización. En 2016 fundó Slow Food Cantabria y en 2019 De Granja en Granja la red de productores sostenibles. El covid le llevó a crear Come Cantabria Local para sensibilizar sobre el producto alimentario cántabro. También es Impulsor de Biotierruca, el Mercado de la Tierra y el Mercado de los Granjeros.

Por tercer año, la organización y el jurado de los Premios Alimentos de Cantabria han decidido conceder un premio extraordinario, más allá de las seis categorías que establecen las bases. Nunca hasta la fecha estos premios han distinguido al sector extractivo, a alguna persona o empresa especializada en la pesca en el Cantábrico para abastecer nuestras despensas de alimentos saludables. Un colectivo de profesionales que se juegan la vida en el mar, como se ha puesto de relieve en las últimas semanas con sendas tragedias que han conmovido a la sociedad.

Hasta ocho cofradías de pescadores hay a a lo largo del litoral cántabro, con más de mil puestos de trabajo directos –800 tripulantes de buques pesqueros, 50 rederas, 70 empleados de cofradías y 100 mariscadores–. Es difícil decantarse por un nombre, pero el jurado se ha decantado por otorgar este premio extraordinario a una persona que encarna todos los valores de la figura de un pescador de las costas de Cantabria. Bisnieto, nieto, hijo, hermano y padre de pescadores; hijo y padre de rederas y casado con otra de ellas. Más de 45 años surcando el Cantábrico en diversas embarcaciones. En la actualidad, patrón de Nuestro Padre Tonino, con sede en Laredo. Su nombre es Tonino San Martín Sánchez, conocido y apreciado en todos los puertos del Cantábrico desde Burela hasta Fuenterrabía.

El jurado ha estimado que reconociendo a su persona se rinde al mismo tiempo un homenaje a un sector trascendental en lo económico, en lo social y en el plano alimenticio, y en el caso de Cantabria con un fuerte arraigo en las comarcas del litoral.

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