Las Redes, una cocina con sabor a mar en San Vicente de la Barquera

El cliente encontrará en Las Redes un escenario agradable para disfrutar de pescados y marisco tanto en los dos comedores como en la terraza, ideal en verano para contemplar la animación que tiene el pueblo con un turismo que busca playas, paisajes y monumentos.

Las Redes es un negocio familiar, al frente del cual están Susana Molleda y José Molleda, junto a los hermanos de la chef, Marián, que ejerce en sala, y Pedro, un sumiller con inquietudes que ha conformado aquí una espectacular bodega con una selección de vinos nacionales e internacionales capaces de sorprender y agradar al más ferviente aficionado.

De inicio, el cliente aquí debe decantarse por la mariscada para dos personas o por especialidades de la carta. En el primer caso la propuesta consta de cuatro ostras, almejas a la marinera, seis gambas, dos cigalas, dos carabineros, cuatro langostinos, un buey de mar, bogavante del Cantábrico a la plancha y una botella de vino blanco. El precio es de 90 euros.

En el caso de la carta, entre los entrantes hay interesantes propuestas para compartir un picoteo. Impecables las rabas de calamar fresco, al igual que la ensaladilla rusa o un sabroso salpicón de rape y langostinos. La puesta en escena del producto se advierte en las ostras de San Vicente, en las gambas a la plancha, en las anchoas premium o en el tomate de Cantabria con cebolleta fresca. También elaboran un pulpo a la plancha con manzana salteada, una ensalada de ventresca y anchoas o un puding casero de bonito y verduras.

Las almejas finas se proponen a la sartén o a la marineras, pero también son protagonistas de un excelso arroz. Precisamente los arroces es otra especialidad de la casa, tanto éste como el de bogavante del Cantábrico.

Directos de la lonja al restaurante llegan los pescados que luego se elaboran con sencillez y precisión en la cocina. La merluza de anzuelo, el rape, el machote, el rodaballo, el san martín o las lubinas de caña, junto con el apreciado rey, más presente en la cocina asturiana, se sirven racionados a partir de piezas grandes que se muestran al cliente en sala antes de despiezar y dar el contacto con el fuego.

El marisco también se sirve al peso (langosta, bogavante, masera) y para quien opte por la carne, aquí pueden presumir de una chuleta de vaca tudanca de 12 años.

Las elaboraciones dulces no se quedan rezagadas y presentan un buen nivel como se pone de relieve en una muy solicitada tarta de queso o en un rico tiramisú. Un vino dulce o una copa de cava pueden ser un remate ideal.