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Martes, 7 de junio 2022, 14:37
Lo que durante décadas fue en Suances, junto a la carretera de subida al faro, un edificio en ruinas abandonado se ha convertido en un floreciente negocio de hostelería, punto de encuentro de una clientela con espíritu joven que busca disfrutar de una gastronomía informal, de tendencias internacionales actuales, y de unas privilegiadas vistas del Cantábrico a modo de mirador sobre la playa de Los Locos. Sin duda, un lugar para disfrutar a cualquier hora del día, pero la puesta de sol no tiene precio.
Puesta de sol desde el restaurante.
El Grupo Nueva Dársena ha recuperado con acierto este inmueble, ahora convertido en hotel con nueve habitaciones y con cafetería-restaurante, destacando su sobresaliente y amplia terraza. El Castillo de los Locos, que abrió en marzo de 2021, rápidamente se ha posicionado y conseguido el reconocimiento por su cocina, que permanece abierta desde las ocho de la mañana hasta las 11 de la noche de forma ininterrumpida.
Hamburguesa de tudanca.
Nachos con salsas caseras.
Poke bowl de salmón.
Edificio rehabilitado con gusto y funcionalidad.
Edificio rehabilitado con gusto y funcionalidad.
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