Los reyes del vino en Cantabria
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La paciencia, el trabajo diario y la exigencia por la mejor uva son algunas de las características que comparten los ganadores del Optimum en Sabor en CantabriaJorge Cañizo Bodegas y Viñedos de Isla
Con la alegría y el reconocimiento por la distinción conseguida el miércoles al mejor vino blanco joven con ER 17 en los X Premios Optimum de la Asociación de Sumilleres se muestra Jorge Cañizo, que junto a sus socios Jesús Sierra y Roberto Cuesta lideran ... este proyecto en el municipio de Arnuero. «Al final nosotros llevamos nada más que tres años produciendo vino y recibimos este premio con mucha ilusión por ser el primero. Fue un poco de sorpresa, como quien dice», explica.
Un resultado que basan en el esfuerzo diario: «Lo llevamos a cabo todo de forma manual. Como es poquito, lo intentas hacer con el mayor cariño posible. Sobre todo, lo haces entre amigos, familia y nosotros tres, que somos los socios, que venimos de campo de toda la vida. La clave es hacerlo sin prisas y como dicen en la cocina, con mucho cariño». Y es que desde hace unos años, el vino cántabro se va haciendo poco a poco hueco en la mesa: «Llevamos unos años que el vino viene con un potencial muy grande, con una línea ascendente bastante buena, porque ahora ya la gente no se asusta tanto de oír que hay buen vino en Cantabria. Tenemos mucho recorrido porque somos viñedos muy jovencitos».
Una situación geográfica que la hace competir frente a varias de las mejores denominaciones que existen en el país. «Ya es difícil competir con el chacolí, que tiene mucho más nombre, pues más lo es todavía frente a un sello de la Ribera del Duero o Rioja. En Cantabria yo creo que el vino blanco se está haciendo un pequeño hueco y sobre todo la gente que viene de fuera empieza a reconocerlo y te pide vino de aquí, de la zona. Son buenas sensaciones, desde luego».
Roberto del Campo Bodega Cayo
Pese a ser el último en llegar después de una larga tradición vinícola familiar, Roberto del Campo tiene muy claro que es el momento de profesionalizar y dar un paso más en el trabajo que llevaba realizando toda la familia en Liébana. «Todo lo que se elaboraba en casa se gastaba aquí en la comarca, es hora de que salgamos al mercado con el producto local», expone. Lusía ha sido proclamado como el mejor vino tinto de los Premios Optimum, que se otorgaron tras una cata a ciegas durante el foro Sabor a Cantabria. «Este que ha ganado es la primera añada que hacemos de este vino. Es de 2020 y solemos hacer unas 2.000 botellas. No todas las añadas llegan a una calidad que buscamos para este vino en concreto. Entonces, si se da el caso de que llega esa calidad, esa uva se destina para este vino», confiesa.
Uno de los secretos de su éxito es la selección de un viñedo más antiguo y más mimado. «Mantener el viñedo antiguo lo que te hace es ganar en calidad, no en cantidad, porque apuestas por plantas que no te proporcionan ya la misma cantidad que te pueden dar en plena producción, pero sí te reportan una mayor calidad, ya que al final tiene menos fruto, pero lo que conserva y que logra madurar, lo hace con una calidad que la planta joven no va a tener».
Del Campo piensa que reconocimientos como este ayudan a expandir la marca Cantabria: «Todas las bodegas están aumentando muchísimo el nivel y eso es en beneficio de todos, ya no nosotros por haber ganado este premio, sino por poner en posición el vino de la región. Cualquier persona que pruebe hoy en día un vino de aquí se va a llevar una buena imagen de lo que podemos hacer por esta zona».
Asier Alonso Bodegas Sel D'Aiz
El objetivo con Yenda Riesling, premiado como mejor vino blanco con crianza en madera en los Premios Optimum, es recuperar la elaboración antigua. «Después de haber estado tres años en barrica, con lo que ello supone, pues lo catamos diariamente para que todo vaya bien y que el vino fermente sin ningún tipo de intervención», concreta Asier Alonso, propietario de Bodegas Sel D'Aiz junto a su mujer, Miriam Pinto, y la inestimable ayuda de su padre, Mariano Alonso.
«Yo creo que el vino es un reflejo del paisaje, del tipo de suelo que tenemos aquí en nuestra zona, en Castillo Pedroso, y el secreto es paciencia, el trabajo diario que realizamos en el viñedo, el día a día, y nosotros ahí como elaboradores poco aportamos durante el proceso, sino que al final esto es tiempo y paciencia. Pero si no tienes la primera parte del trabajo hecho, que es intentar llegar a buen término las uvas en nuestra zona, lo tienes complicado. Este año, por ejemplo, ha sido un año muy complicado con las temperaturas y la humedad», subraya Alonso.
Con quince años de bagaje, el propietario de Bodegas Sel D'Aiz cree que los vinos ya empiezan a tener no solo reconocimientos a nivel local, sino también nacional e internacional. Aunque echa en falta una mayor presencia en la hostelería:«Me gustaría ver más vinos de Cantabria en bares y restaurantes y no ver tantos vinos de otras denominaciones de origen en las cartas. Espero que este premio ayude a suscitar más interés dentro de nuestros compañeros hosteleros».
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