Los tomatitos 'cherry': sabrosos, apetecibles y versátiles

Tomate cherry, cereza o uva. Este fruto (son el producto del ovario de una flor), aunque de pequeño tamaño, tiene un potente sabor que lo convierte en un alimento de lo más apetecible, especialmente para los niños. Una fórmula inmejorable para que los pequeños de la casa se acostumbren a comer sano.

Esta variedad de tomate, de la apariencia de una cereza, redondeado o alargado, crece tanto en pequeños grupos como el tomate común, como en rama, teniendo distintos tamaños, dependiendo de su clase. Su forma suele ser esférica aunque también se pueden encontrar oblongas y su color va del rojo, al naranja, amarillo, verde o incluso negro.

Llenos de propiedades y beneficios para el cuerpo, su sabor es algo más dulce que el tomate común. Otra de sus ventajas es que conserva su alto valor nutritivo. Su tamaño es el perfecto para, por ejemplo, un 'picoteo' de lo más sano, especialmente en los meses en que el calor aprieta al hidratar y vienen genial para la dieta.

Sus variedades son muchas, desde el Cherry redondo (tomates grandes, deliciosos, de pulpa consistente), hasta el Gardenberry (rojo, con forma de corazón, jugoso). O el Black Cherry (rojo oscuro, de textura espesa). El Yellow Pear Cherry, de color amarillo, que crece en racimos, textura crujiente. O el Tomate Zebra Cherry, de color oscuro, también crujiente, piel marrón a rayas negras.

Su consumo se relaciona con una mejor salud ósea y articular. Ayudan a eliminar el colesterol, previenen las enfermedades cardiovasculares y fortalecen el sistema inmune. Al contener licopeno (carotenoide que otorga a frutas y hortalizas el color rojo), se transforma en el cuerpo en vitamina A, otro aliciente más para consumir esta variedad.

La cocina ha ganado un ingrediente principal para incorporar a ensaladas. Pero el tomate cherry también es un condimento que se adapta a otras fórmulas, como acompañamiento de pastas y carnes. Crudos son tan apetitosos como cocinados. Incluso como postre de lo más dulce, por ejemplo, pinchados en un palillo y sumergidos en caramelo líquido. Un más que sano chupa-chups.

Pueden animar a la práctica del cultivo porque se pueden plantar en balcones o terrazas. En macetas, a partir de sus semillas, así de sencillo: sólo hay que lavarlas bien y colocarlas en un semillero. Se cubren con tierra y se humedecen ligeramente, antes de taparlas con papel film. Después sólo queda esperar a que broten las hojas para trasplantar. De ahí, brotarán los deliciosos tomatitos, toda una fuente de energía para toda la familia.