El restaurante Ruda en Villacarriedo: creatividad saludable

En Villacarriedo –y en los Valles Pasiegos–, un buen destino para hacer turismo «interior» en Cantabria, conviven perfectamente modelos tan diferentes como complementarios como Las Piscinas y Ruda.

Aquí el cliente encuentra platos originales, con una combinación de ingredientes atrevida pero donde la creatividad del chef consigue armonías que el paladar valora muy positivamente. En relación con una visita anterior, se advierte que la cocina de Ruda ha evolucionado, madurado y profundizado en su filosofía, logrando platos redondos y consiguiendo una regularidad en las positivas sensaciones durante todo el almuerzo.

Por sus diferentes orígenes y por su forma de entender la cocina, Óscar y Katsuko realizan una fusión que más fácil de entender que de calificar. La gran mayoría de sus platos son nuevos; mantienen las gorditas mexicanas rellenas de kimchi, repollo, crema de caricos, tomate concassé y cebolla morada.

La carta es corta y laboriosa y se renueva con la temporada. Durante la semana, ambos elaboran, preparan, seleccionan... para luego el fin de semana dar el servicio.

De los nuevos platos probados en esta ocasión hay que valorar, en primer lugar, el de berenjena rallada, más carnosa y menos amarga, y con menos semillas. Se cocina con miel de caña y lleva una guarnición de tomate martajado y salsa de piñones.

Otro plato excelente es el de apionabo, que se confita en mantequilla fermentada, acompañándose de un cremoso de queso pasiego de La Jarradilla y salsa coreana. Se completa con unos cacahuetes desmenuzados y pamplinas.

No menos interesante y suculento es el plato de maíz donde encontramos una crema de elote, yema de huevo en la base, una emulsión de pimiento de Padrón –que da un sutil toque picante–, granos de maíz y trufa rallada. Se acompaña con mantou casero (pan chino horneado al vapor, reposado y luego frito).

El plato principal en esta ocasión fue el curry japonés, elaborado a base de aguacate, kare raisu, arroz venere, elote (maíz) y judías. Para comerlo se acompaña de unas tortillas mexicanas.

De entre los tres postres (piña, membrillo y boniato), se escogió este último con crema de boniato, chocolate en la base y una emulsión de una torta de espelta con trigo sarraceno.

El restaurante cuida el pan (Oslé) y la bodega ha crecido notablemente en referencias. El café de especialidad es de Colombia y se prepara en émbolo.

Dirección: Avda. Los Escolapios, 44. Barrio de Camino, Villacarriedo. Frente al Palacio de Soñanes.

Teléfono: 644 26 85 34.

Propietarios: Katsuko Nakamura y Óscar Ferreras.

Inaugurado: En el verano del año 2021.

Cocina: Óscar Ferreras.

Sala: Katsuko Nakamura.

Estilo de cocina: De autor con producto de proximidad y contenidos muy vegetales.

Precio medio de la carta: Entre 40 y 45 euros.

Menú diario: No.

Capacidad: 30 comensales. Además, dispone de una zona amplia de barra.

Horario: De 13.00 h. a fin de servicio de almuerzos y de 20.00 h. a fin del servicio de cenas.

Cierra: Domingo noche y de lunes a jueves.

Bodega: Unas 65 referencias.

Aparcamiento: Sí, propio.