Conoce las cinco especies del salmón salvaje de Alaska

Hoy, gracias a la acuicultura sostenible de Noruega es posible disponer de este pescado azul durante todo el año. En España, el 70% de los salmones proceden de este cultivo marino, libre de anisakis.

Aunque la especie más habitual es el salmón Atlántico, también llamado Noruego, común o 'Salar', en el Pacífico existen hasta cinco especies distintas del salmón salvaje de Alaska:

Real. Es el más grande de todos y puede alcanzar los 18 Kg. Posee un alto contenido en Omega 3 y su carne es muy sabrosa. La temporada de pesca de esta especie de salmón es la más extensa de todas, por lo que se puede obtener fresco casi todos los meses del año.

Plateado. Tiene un aspecto muy parecido al salmón común del Atlántico y unos índices de grasa más elevados que el salmón rojo. Se captura mediante pesca extractiva, de uno en uno, y por su textura firme y suave sabor es muy apreciado en la gastronomía.

Keta. A medio camino entre el salmón plateado y el salmón rojo, de esta especie son muy apreciadas sus huevas, ya que tienen mayor firmeza y tamaño que las huevas del salmón rosado o las del salmón rojo. Se utilizan para elaborar caviar de salmón y para la elaboración de sushi y sushi acorazado.

Rosado. Es la especie más pequeña y abundante de Alaska. Su carne es rosada, tierna y fina como la de una trucha grande.

Rojo. Tiene un sabor muy característico y una textura muy firme, ya que su carne es mucho más magra que las demás especies. Por su textura y color se encuentra entre el salmón Atlántico y el atún. Sus huevas también tienen un particular tono rojizo.

Además de sabroso y saludable, el salmón es un pescado azul que vive un momento especialmente dulce gracias, entre otras cosas, a la alta demanda de sushi y otras elaboraciones japonesas. La versatilidad del salmón hace que sea una excelente opción a tener en cuenta a la hora de incorporarlo en la dieta de manera regular. Crudo, marinado en tartar, en tataki, al horno o a la sartén, entre otras muchas elaboraciones.

Por su alto contenido en proteínas y ácidos grasos omega-3 que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos , con un contenido moderado en grasas. Este pescado azul aporta unos 11 gramos de grasa por cada 100 gramos de carne, un contenido similar al de las sardinas o el atún. Aumenta la fluidez de la sangre, lo que previene la formación de trombos. Es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico.

Los salmones son peces muy singulares por su ciclo de vida y su instinto de supervivencia. Esta especie perteneciente a la familia de los salmónidos nace en los ríos hacia la primavera, se desarrolla en los océanos y vuelve a desovar a los ríos, generalmente en otoño. Los salmones viven unos diez años, aunque su esperanza de vida en libertad es bastante menor debido a la pesca y a otros depredadores como los osos.

Durante su vida recorren miles de kilómetros hasta llegar a los mares del Atlántico norte. Abandonan el río al año de edad y hasta los dos o tres años no regresan para desovar en el lecho del río donde depositarán, en diferentes nidos, los huevos, porque son ovíparos, entre 500 y mil unidades en cada nido. El macho los fecundará y en unas semanas eclosionarán.