Los sellos de Correos, una ventana abierta al mundo de la gastronomía
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El sector tiene un papel relevante en timbres y hojas bloque para coleccionistas desde el año 1981Los sellos de correos, además de ser un instrumento de franqueo oficial en todo el mundo, transmiten con sus diseños mensajes originados por el Estado con la intención de influir en sus usuarios. De hecho, su atractivo visual y la variedad que presentan los hacen ... ser presa de multitud de coleccionistas.
Además, pueden considerarse pequeñas ventanas abiertas al mundo que transmiten imágenes de los aspectos relevantes y los principales atractivos turísticos de cada país. Precisamente turismo y gastronomía, esta última como elemento de cultura e identidad, han venido juntos de la mano en las últimas décadas, algo que se ha aprovechado desde Correos para reflejar en sellos y Hojas de Bloque.
Lejos quedaron después aquellos primeros timbres impresos en España -1850, con la imagen de la reina Isabel II- dedicados a monarcas y personajes ilustres para pasar, entre otros, a estampillas con todo tipo de imágenes e, incluso, con olores y sabores que acercan al coleccionista, o al que espera una carta en su buzón, a los platos más atractivos gastronómicos de cada región. Desde 1981, Correos viene editando en España sellos relacionados con la gastronomía, en distintas colecciones y con motivos específicos. La última se titula 'España en 19 platos' y está, desde 2020 en pleno desarrollo.
En 1981 se emitió el que quizás sea el primer sello de correos español ligado al mundo de la gastronomía. Tuvo como motivo el 'Día Mundial de la Alimentación' y de él se hicieron un total de 10.000.000 de ejemplares, cada uno de ellos a un precio de 30 pesetas. En él pueden verse dibujados una manzana, un gallo, un pescado -quizás una sardina- y varias espigas de trigo.
Tuvieron que pasar siete años para que, en 1988, se lanzase un nuevo sello relacionado con la gastronomía española. Se trató de un ejemplar del que se tiraron 3.500.000 copias, pensado en el turismo -nuestro país vivía una época dorada de afluencia de visitantes de toda Europa- con la paella como imagen. Su precio fue de 18 pesetas.
Al año siguiente, y con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América (se emitió tres años antes), se imprimieron seis sellos relativos a productos procedentes del Nuevo Mundo como el cacao, el tomate, la patata y el maíz. Además, de una imagen de un caballo y un pavo real. Su precio fue de 8,50, 2,50 y 50,50 pesetas y se lanzaron 3.000.000 de copias.
Los años 1993, 1994 y 1995, Correos comenzó una serie dedicada a la micología que continuaría posteriormente. Setas como la lactarius, amanita, lapiota, boletus, coprinus y continata, aparecieron reflejadas en esa colección. En el 93 fueron 4 valores de 17 y 28 euros; en el 94, otros tantos de 18 y 29 euros, y en el 95, dos de 19 y 30.
Ya con el euro en pleno funcionamiento, en el año 2002 se diseñaron unos sellos sobre vinos con DOP, en concreto dedicados a los caldos de Rías Baixas, Rioja y Manzanilla, con un valor de 0,25, 0,50 y 0,75 céntimos. Se realizó una tirada de 1.200.000 ejemplares.
Un año después fueron impresos los pertenecientes a Penedés, Montilla-Moriles, Valdepeñas y El Bierzo, de 0,26, 0,51, 0,76 y 1,85 euros. Se lanzaron 1.000.000 de sellos.
Ya en 2004, le tocó el turno al Ribeiro y al Málaga (Sierras de Málaga), con un millón de ejemplares de 0,57 y 0,52 euros.
Hubo que esperar a 2006 para encontrar un nuevo sello relacionado con la gastronomía. Con motivo de la Fiesta de la Vendimia se pusieron en venta 600.000 timbres, con un valor de 0,29 euros.
La micología vuelve a las estampillas de Correos en 2007, 2008, 2009, 2012 y 2013. Las setas Caballero y Matamoscas aparecen dibujados en un tirada de 1.000.000 de ejemplares, de 0,30 y 0,78 euros, en esa primera serie. El Boletus Regius y la Lepista Nuda les siguen en 2008, con un precio de 0,31 euros, y en 2009, con 320.000 copias, se lanzaron el Boletus Pinophilius y el Cantarelus Cibarus, a 0,32 euros. Terminó la colección 2012 con 300.000 copias de la Amanita Verna, Entrolma Lividum y Calocybe Gambosa, a un precio de 0,51. 2013 se dedicó a la Agaricus xanthodermus, la Amanita Phanrarina y las Marasmius Oreadas, también 300.000 sellos a 0,37 euros.
Burgos fue en 2013 Capital de la Gastronomía Española y al año siguiente se dedicó un timbre a este acontecimiento, con 250.000 copias a 0,54 euros. Ese mismo año comenzó una serie dedicada a la Gastronomía Española, con Hojas Bloque -una forma particular de editar las piezas postales, impresas en una página pequeña con campos-. Son estampillas para coleccionistas, que además, se pueden emplear para franqueo. La primera se centra en la flor de mandarina y el jamón ibérico, a un precio de 3,15 euros. La segunda tuvo como protagonistas al ajoblanco y ajoblanco tradicional. Por primera vez, los sellos, que también salieron al mercado a 3,15 euros, tuvieron la peculiaridad de oler verdaderamente a ajo. Se lanzaron 300.000 sellos que llevaron la imagen del chef Ferrán Adrià.
La Dieta Mediterránea fue designada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2015 y Correos, con tal motivo, emitió un sello conmemorativo. Se tiraron 300.000 estampillas a un precio de 3.23 euros cada una. Como dato curioso, cada sello llevaba pegada una 'lágrima' con una gota de aceite de oliva. Ese mismo año se pusieron a la venta unas hojas dedicadas a la D.O. Galicia, con la imagen de los pimientos de Herbón y los mejillones, productos típicos de la comunidad. Dos sellos a un euro cada uno y una tirada de 220.000 timbres.
2016 fue Toledo Capital Española de la Gastronomía por lo que se editó un sello, con el mazapán como reclamo, que se puso a la venta por 0.57 euros. Se imprimieron también 220.000 números. Ese mismo año se dedicó un sello a la DO Castilla-La Mancha, de 1,30 euros y 200.000 ejemplares, con la impresión en el mismo del queso manchego y el azafrán.
Al año siguiente, la Capital Española de la Gastronomía fue Huelva. Por ello, nuevo sello con el jamón, las gambas y las presas como motivos principales. La DOP Murcia, con el arroz de Calasparras y el vino de Jumilla fue motivo de dos timbres, de 2 euros cada uno, en una tirada de 180.000 ejemplares.
A León le tocó el honor de ser Capital Española de la Gastronomía en 2018. Se imprimió una estampilla con un rosetón en el que se podían ver productos típicos del reino como la cecina, los pimientos, el queso o las alubias.
Cantabria fue en 2019 por primera vez, y última por el momento, en cuanto al motivo gastronómico se refiere, en la edición de un sello de correos. Fue dedicado a la DOP Queso Picón Bejes-Tresviso y la miel de Liébana. Se lanzaron dos valores de 3 euros (160.000 ejemplares). Almería fue la Capital Española de la Gastronomía ese 2019. Tomates, sandías, gambas y otros fueron dibujados en el correspondiente sello del que se tiraron 100.000 números. La Unión Postal de las Américas, España y Portugal (UPAEP), la asociación de los servicios u operadores de correos nacionales públicos, dedicó un sello a los platos tradicionales que, en nuestro país, fue la paella. 180.000 estampillas a 1,50 euros.
Frutas y verduras de la huerta fueron la imagen del sello que, con motivo de su capitalidad española de la gastronomía, recibió Murcia en el 20, con una tirada de 160.000 estampillas. Asturias también tuvo su reconocimiento este año. Se editó a tres euros una Hoja Bloque con dos valores y una tirada de 140.000 números dedicados a sus productos con DOP: la faba y la sidra. Correos puso en marcha este 2020 una colección dedicada a los principales platos de las Comunidades Autónomas españolas, comenzando por la caldereta de cordero de Extremadura de la mano del chef Javi García. Estos sellos en Hoja Bloque tienen una aplicación para descargar la receta y el olor de cada elaboración. Este primero, con una tirada de 125.000 timbres costó 4 euros. Otro sello, éste de Euromediterráneo, de 2 euros, se dedicó al espeto.
El pasado año la DOP Islas Baleares tuvo su estampilla (Hojas de Bloque) con 2 valores de 3 euros, con el reclamo de la oliva de Mallorca y el queso Mahón-Menorca. Se diseñaron 140.000 ejemplares. Continuando con la serie 'España en 19 platos', a un precio de 4,15 euros y tiradas de 140.000 y 125.000 impresiones, se lanzaron el cocido madrileño, el pulpo a feira y el pan amb tumaquet. Pendientes quedan el resto, entre ellos el de Cantabria, que llevará como imagen el cocido montañés.
Este año, en enero, sólo han salido dos sellos bajo el epígrafe 'Turismo gastronómico'. El primero (1,65 euros) se dedica a la 'calçotada' y el segundo a la Fiesta del Pulpo (1,75). Prevista está para este mismo mes, dentro de la colección 'España en 19 platos', Andalucía (gazpacho), y en marzo, sellos con Sanlúcar de Barrameda, Capital Española de la Gastronomía, y la DOP Rioja.
Fernando Montes de Neira lleva toda la vida entre las cuatro paredes de Filatelia Cantabria, el único comercio dedicado a la filatelia y la numismática que sobrevive en Santander, donde, en su día, llegó a ver hasta siete establecimientos de este tipo. Desde 1971, esta tienda, ubicada en la calle Santa Lucía, viene tratando con mimo y una gran profesionalidad todo aquello que tiene que ver con monedas, billetes y sellos. Artículos en los que más que la antigüedad, que también, se valora principalmente 'la rareza'. Para Montes, «la filatelia es una afición, no es una inversión. Es como la pintura, la fotografía o la escultura. Los sellos, además, guardan muchos conocimientos, fáciles de encontrar. La geografía, la historia, los paisajes, los personajes, la arquitectura, la gastronomía... Todo lo encontramos en los sellos. Se pueden adquirir por temáticas sabiendo que con el paso del tiempo suben de precio».
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