El Foro Agroalimentario reivindica la calidad como objetivo de los productores

«La calidad está en la materia prima y toda la cadena de producción, algo que no resulta barato». En esta afirmación coincidieron este martes todos los participantes del VI Foro Agroalimentario de Cantabria, organizado por El Diario Montañés y el suplemento gastronómico Cantabria en la Mesa. En esta ocasión, el hilo conductor de la jornada que se celebró en la Universidad Europea del Atlántico fue 'La calidad de lo que comemos. Del elaborador a la mesa: garantía para el consumidor. De la percepción, la certificación'.

Productores e instituciones relacionadas con la agroalimentación y representantes de la Administración, tanto nacional como regional, debatieron, a través de ponencias y mesas redondas, sobre la importancia de las certificaciones de calidad y la elaboración de productos de prestigio y reputación para llegar a un consumidor exigente y concienciado. Todo ello bajo la moderación de José Luis Pérez, redactor jefe de El Diario y responsable de Cantabria en la Mesa.

El foro fue abierto por Guillermo Blanco, consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, quien sustituyó al presidente Miguel Ángel Revilla, que se ausentó de la cita por motivos personales. El titular del departamento afirmó que «la calidad de lo que comemos es lo que nos diferencia del resto de España. En Cantabria producimos casi de todo. No en mucha cantidad, pero sí de calidad. Y ahí es donde está esa diferencia». También dejó claro Blanco que «debemos sentirnos orgullosos de lo nuestro» y aconsejó «no rendirnos, a pesar de las adversidades. Y en este punto tenéis como aliados a este Gobierno y a esta Consejería».

Por su parte, el director general del Foro Interalimentario, Víctor Yuste, señaló que «en estos momentos delicados en los que vivimos, hay que trabajar conjuntamente para luchar contra los retos del momento actual». Agregó que «hay que valorar lo que cuestan las cosas y para ello hay que educar al consumidor. Una alimentación barata no equivale a una sociedad moderna».

Mientras, el subdirector general de Control de la Calidad Alimentaria y de Laboratorios Agroalimentarios, Javier Maté, diferenció entre la calidad comercial y la diferenciada: «Esta última muestra las peculiaridades de un alimento, y la primera, las propiedades y características esperables del mismo». Aclaró que «en Europa, los instrumentos admitidos para el fomento de la calidad diferenciada son las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) y las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) en productos agroalimentarios, vinos y bebidas espirituosas y las Especialidades Tradicionales Garantizadas (ETG) en agroalimentarios».

De la ponencia de clausura se encargó el director general de Bodegas Protos, Carlos Villar, quien apostó por «seguir el camino trazado en una empresa para dar confianza al consumidor», reiterando también que «la calidad cuesta dinero».

En cuanto a las dos mesas redondas celebradas, los dieciocho participantes debatieron sobre los sellos de calidad, el compromiso, la exigencia y certificaciones que suponen, además de la percepción de la calidad. El propietario de Patatas Vallucas, David Fernández, habló de los costes y reivindicó que «la patata de Valderredible debe de tener un precio justo, ya que hay veces que se vende con pérdidas». También consideró que conseguir la IGP para este tipo de patata «va a proteger a los productores».

Por su parte, José María Alonso, propietario de Quesoba, lamentó que a pesar de que «el 80% de los municipios de Cantabria están en zona de monte, hemos dejado de aprovechar los productos de montaña».

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