Los sumilleres de Cantabria entregan hoy los premios de la novena edición de Optimum

Camino de concluir su novena edición con este evento, el presidente de la organización, Alfonso Fraile, afirma que los Premios Optimum han alcanzado un punto de madurez que permite dar por superado su primer y principal objetivo, «dar a conocer que en Cantabria se hace vino y es de calidad».

De hecho, explica Fraile, aquí se viene haciendo vino «desde tiempo inmemorial, con más o menos producción según la época y en toda la geografía regional». En este siglo, continúa, «hemos visto un creciente interés por recuperar la tradición vitivinícola, con gente joven implicada que nos lleva a tener más hectáreas de viñedo cada año y más presencia de bodegas, tanto aquí como fuera de la comunidad». Todo ello, unido al necesario plazo de tiempo que necesitan los viñedos para adecuarse al suelo y al clima, nos está llevando hacia una producción de alta calidad que ya es una realidad. «Los vinos de hace diez años no eran como los de ahora, mucho más asentados».

No obstante, continúa, aún queda mucho por hacer para popularizar su consumo. «El cliente sí conoce el vino de Cantabria, pero falta evolucionar, legislar, el apoyo de las instituciones y de la hostelería... Se trata de una cadena de valor en la que todos son importantes para transmitir esta realidad».

La Bodega Pago Casa del Blanco y su vino Palacio de Treto repiten galardón como mejor vino blanco con crianza, aunque esta vez para la añada de 2020. «Sabiendo que el consumidor opta por vinos blancos jóvenes, frescos y afrutados, es una satisfacción que se distinga a un blanco de barrica y de guarda, ya que supone salir del encorsetamiento de que solo sean los tintos los que merezcan el redondeo en botella», valora Eva Sánchez, directora general. Sobre sus características, el enólogo de la casa, Antonio Merino, explica que «se muestra expresivo durante varios años y no pierde ni su esencia ni su identidad». Es una «elaboración de albariño alernativa a la que el envejecimiento de botella aumenta la complejidad de aromas y sabores», los cuales se definen como frescos -destacando las frutas blancas y los matices florales-; y con un paso en boca untuoso, donde la madera respeta la personalidad de la uva y suma aromas y elegancia.

«Este premio es un plus de motivación y energía que nos hacía falta para seguir trabajando y luchando por mostrar esta parte de la historia de nuestra comarca y de nuestra familia». Con esta ilusión han recibido en Bodegas Cayo el galardón a mejor tinto para su vino Lusía 2021 –premiado en dos ocasiones más, con las añadas de 2017 y 1018–. Y es que es un «orgullo», según indica Roberto del Campo, poder mostrar cómo en Cantabria y en Liébana, a pesar de muchos condicionantes, «se pueden hacer vinos con mucha personalidad y calidad». Ejemplo de ello es este Lusía, que a nivel organoléptico, pretende «hablar sobre el lugar del que procede con los ojos cerrados, mostrar Liébana, con sus contrastes y su clima», lo que se traduce en un vino fresco, de fruta roja ácida, ligeramente floral, con notas de minas de lápiz rota, ligeros especiados, tanino firme pero elegante y con un largo retro gusto frutal.

«Este vino es capaz de reflejar lo que nuestra tierra nos ofrece trasladando a todo aquel que lo toma a Guriezo a través de la copa». Este es su secreto. Para la artífice del mejor vino blanco joven de Cantabria, Irene Rodríguez, Hortanza –un coupage de gewürztraminer-riesling, con aromas de fruta blanca, flores y mentolado– «habla del enclave donde se encuentra a través de una elaboración de mínima intervención». Y es que, en su bodega, «trabajamos manualmente cada botella hasta su venta final». Un buen hacer y un excelente resultado que se ha visto recompensado con este premio que la enóloga recibe con mucha ilusión. «El reconocimiento al trabajo realizado siempre gusta y anima», señala. «Para la bodega es algo muy positivo, internamente porque da motivo para seguir en la línea que vamos y externamente nos da voz para que cada vez se conozcan más los vinos de Cantabria, incluso en nuestra propia región».

La de El Nuevo Molino (Arce, Piélagos) ha sido siempre una apuesta por el producto de cercanía. La línea argumental en la cocina de Toni González y, de un tiempo a esta parte, también de la sala de Elvira Abascal. «Si bien siempre hemos contado con alguna referencia cántabra entre nuestros vinos, lo cierto es que en los últimos dos años la apuesta ha sido más fuerte», afirma la sumiller. «Hemos buscado dar coherencia a eso que siempre decimos desde el restaurante de que trabajamos producto de Cantabria».

En esta línea, en la actualidad se pueden encontrar hasta un total de treinta referencias regionales en su carta de vinos, «con una variedad que los hace únicos y perfectos para encajar con nuestra oferta gastronómica», explica.

El objetivo final de esta clara apuesta es contribuir a crear una cultura en torno a nuestros vinos, que parece todavía bastante necesaria. «Hay algún cliente que sí pide alguna referencia de aquí, pero no es el mayor porcentaje», reconoce Elvira quien se ha marcado como línea a seguir «preguntar de primeras si quieren probar y disfrutar de uno de nuestros caldos». Eso sí, «sin olvidar la calidad y siempre escuchando a nuestros clientes», matiza.

Además del trabajo realizado en sala, en El Nuevo Molino han dado algún paso más. Así, en su menú degustación 'Tradición', «donde ofrecemos producto tradicional de Cantabria», se ha optado por incluir un maridaje exclusivo con vinos de aquí. «Es un cambio importante que hemos aplicado en el último año, pero no el único». El restaurante también ha introducido en su bono regalo una propuesta de bodega con una botella de vino de la región.

Pero para la sumiller esta apuesta por lo local también se extiende a otras bebidas. «Trabajamos además con licores, destilados, cervezas, vermú, sidra... Otras muchas elaboraciones de carácter regional». Y es que Elvira tiene claro «el papel fundamental que tenemos desde sala con nuestras recomendaciones para promocionar e impulsar las bebidas de Cantabria».

Ahora, todo este trabajo se ha visto reconocido con el premio Optimum al 'Restaurante que mejor ha defendido los Vinos de Cantabria en 2023'. Una distinción que tanto Elvira como su equipo de sala reciben «con mucha alegría y satisfacción» y que va a suponer «un auténtico placer poder compartir con nuestros clientes en esta nueva temporada que comenzaremos el próximo viernes».