Una taberna marinera en la boca... del mar en Laredo

Aunque apenas ha permanecido cerrado en torno a un mes -en enero cuando el frío más incomodó estar en la terraza-, el bar restaurante El Túnel ha recobrado vida con la apertura de interiores y con la prolongación del servicio de cenas hasta las 23.00 horas. Sus responsables, desde 2013 en que iniciaron esta andadura, Mónica González y Javi Cacho, se muestran optimistas y con ganas de mirar hacia adelante, sobre todo ahora que han decidido abrir también su otro negocio de hostelería en Laredo, Al son de mar, el día 26, en el puerto deportivo. Ambos son de la opinión de que, con precauciones y prudencia, la hostelería puede funcionar sin mayores riesgos que cualquier otra actividad.

En esta nueva andadura, si así cabe llamarla, el estilo de El Túnel no ha cambiado, son fieles a sus principios marineros, siendo su principal argumento unos pescados y mariscos frescos procedentes directamente de la lonja, a los que se suma una carne de vaca de raza tudanca que suministra Ganado de Anievas, los quesos de Cantabria, así como una buena bodega de vinos con unas 150 referencias.

El Túnel es un punto de encuentro a la hora del aperitivo donde además de los blancos, las cervezas o los vermuts salen a decenas raciones de rabas, pulpo, mejillones o almejas, que forman parte de un amplia carta a la que los fines de semana se suman sugerencias especiales como las ostras, el quisquillón o los percebes.

Además de las aproximadamente una treintena de plazas que el local tiene en su interior, pieza angular para el establecimiento son sus terrazas, donde se puede comer perfectamente ya que están acondicionadas con calefactores.

De entrada, en la carta destacan las raciones de rabas de jibión; las 'gambitas' fritas que llevan una salsa casera denominada 'luli' que las dan un toque especial; los caracolillos; las navajas a la sartén; las zamburiñas plancha -también con la referida salsa-; los mejillones con vinagreta, tomate picante o a la marinera; las almejas a la marinera; el quisquillón; los percebes; el pulpo a la gallega o con vinagreta; y las anchoas especiales de la casa.

Otra forma de comenzar es con quesos regionales. La selección es de primer nivel: Quesoba, Picón Bejes-Tresviso de Javier Campo, Las Garmillas y Siete Villas. Una buena tabla que puede complementarse con unos selectos ibéricos y con una cecina de León.

Para los amantes de las ensaladas, la más reciente y exitosa es la templada de gambón, aguacate, mango y una mayonesa de cítricos con toque picante. Además, se ofrecen ensaladas de tomate ecológico de Cantabria; de jamón, foie y queso de cabra; de salmón y aguacate, y de cecina y queso de cabra. Antes de llegar al capítulo principal de pescados y carnes, también merece la pena destacar los huevos rotos, que aquí se combinan con micuit, jamón, morcilla, gulas y pisto de verduras.

Todo lo anterior no puede desviar la mirada de la seña de identidad de la casa, los pescados y mariscos. Un buen bogavante del Cantábrico también puede constituir un buen arranque, pero quien quiera producto de temporada, ahora puede disfrutar con unos exquisitos 'bocartes de Laredo' muy bien rebozados.

En peces, manda la lonja y cada día se ofrece lo mejor que haya en el mercado, desde lubina a dorada; mojarra/jargo, rodaballo, lenguado, san martín, cabracho de roca, besugo o rey. Elaboraciones fundamentalmente presentadas a la plancha y en su punto. En este sentido, hay que valorar la experiencia que tiene Mónica, en su calidad de jefa de cocina, en El Curro, un restaurante familiar que marcó una etapa en la restauración en Laredo.

Para el cliente con deseo de carne aquí se ofrece chuletón, solomillo y cachopo de raza tudanca de los valles de Cantabria y criada con alimentación natural.

Finalmente, los postres, como la tarta de hojaldre, el tiramisú o la tarta de queso, son elaborados en obradores artesanos de confianza y con buena calidad.