En la taberna Solórzano el aperitivo es sagrado

En Santander, sin desmerecer otras tabernas, una seña de identidad es el Solórzano, una vermutería moderna pero que mantiene un estilo, un formato y una oferta que hacen bueno el lema de que «el aperitivo es sagrado».

Carlos Crespo, responsable de otros negocios con raíces como la Bodega del Riojano y de otros conceptos más modernos, cogió el relevo del Solórzano en 2011. Evitó su cierre y ha sabido mantener la esencia, sin que ello haya significado renunciar a introducir especialidades más contemporáneas y que han encajado perfectamente en el estilo de la vermutería, con más de 120 referencias de vermuts regionales, nacionales e internacionales.

En Solórzano no se admiten reservas ya que no funciona como un restaurante al uso. Sus mesas altas y bajas, así como su original barra son el epicentro para compartir en buena compañía unas raciones con un vermut –o cualquier otra bebida–.

Desde hace un año Oiane Crespo –no es familia de Carlos y lleva seis años en el Solórzano– es la encargada del local. Con entusiasmo recomienda vermuts y raciones y confiesa que las raciones que más éxito tienen son los famosos caracolillos, los mejillones en salsa, las rabas, la ensaladilla rusa y la tortilla de patata, pero sin olvidar las gildas, bocado imprescindible en un aperitivo. Hasta una docena de gildas diferentes se preparan cada día de forma artesana en el Solórzano, empleando en todas ellas producto nacional.

En las rabas destaca la calidad de la fritura, con lo que la textura es muy agradable; en los mejillones sobresale la salsa marinera con un toque de vermut; en las croquetas de jamón, su cremosidad y crujiente de la cobertura; lo mismo que en la brocheta de gamba que se acompaña de una mayonesa de mango.

Producto sin mucha interpretación tenemos en los caracolillos, en las navajas de Pedreña, en los boquerones en vinagre, en los pimientos de Isla, en las anchoas y en la ventresca de bonito (de Catalina), en la cecina de León o en la mortadela trufada.

Además de las croquetas son seña de identidad del grupo la ensaladilla rusa, las patatas bravas y los torreznos de Soria.

De la cocina también salen otras no menos sugerentes especialidades como los huevos con patatas y paletilla, el queso Divirín (La Jarradilla) fundido y acompañado de una confitura de tomate, y el chorizo a la cazuela.

En la barra, además de las gildas y la tortilla, triunfan desde hace algún tiempo un bocado tan sencillo como poco visto, los huevos rellenos. También es novedad reciente los chips vallucas o Solórzano: mejillones en escabeche con patatas Vallucas, aceitunas y piparras.

Y de postre, la tarta de queso al horno del Grupo Riojano.

Dirección: C/ Peña Herbosa 17. Santander.

Teléfono: 942 222 724.

Propietario: Carlos Crespo (Grupo Riojano).

Inaugurado: 1941. Nueva dirección de Carlos Crespo, desde 2011.

Encargada: Oiane Crespo.

Cocina: Equipo de cocina.

Estilo de cocina: Tradicional.

Precio medio de la carta: De 20 a 25 €.

Menús: No.

Capacidad: Unos 40 comensales.

Terraza: Si, tres mesas.

Horario: De 12.30 a 16.30 h. y de 19 a 0.30 h. Fin de semana, seguido de 12.30 a 0.30 h.

Cierra: Noche de domingo a miércoles.

Bodega: Más de 120 referencias de vermut.

Aparcamiento: OLA, Castelar y Pombo.

Nota: No admite reservas.