Muchos negocios han caído ya en la contienda. Otros han dado la vuelta a la tortilla y han puesto en marcha soluciones imaginativas que les permiten superar el bache económico y seguir dando servicio a su clientela. Un ejemplo es el restaurante santanderino La Flor de Tetuán, al que Jose Luis Pérez dedicó recientemente este reportaje. La fórmula desarrollada se llama 'el tardeo'.
El toque de queda y demás restricciones obligan a cerrar los restaurantes muy temprano. Pero los españoles no sabemos cenar temprano, por eso, aunque se cambien los horarios de los fogones, nadie sale a cenar a las ocho de la tarde. Y ahí está la idea genial de ese restaurante: allí no se va a cenar, se va a 'tardear'. Y resulta que esta innovación, además de capear el temporal viral, nos aporta salud.
Hoy la ciencia recomienda consumir la última comida del día temprano. Se trata de un asunto de la cronobiología, tenemos que ajustar la ingestión de alimentos a nuestros relojes internos. Por eso todos los mejores nutriólogos del mundo aconsejan que para tener una dieta saludable hay que cenar pronto y lo más frugal que sea posible: ya ven, el 'tardeo' se ajusta a las más modernas recomendaciones médicas. Pero no crean que esto es una novedad exclusiva de la ciencia y de un restaurante santanderino.
Ya saben que casi todo está inventado. Podemos recurrir, por ejemplo, a unas fuentes antiguas y solventes como son los refranes populares. Un paisano y colega mío, el doctor Juan Sorapán de Rieros escribió en 1616 un libro que tituló 'La Medicina Española contenida en Proverbios vulgares de nuestra Lengua'. Si vamos a los capítulos referentes a las cenas podemos encontrar estos jugosos refranes:
-'Más de cenas que de penas están las sepulturas llenas'.
-'Más mató la cena que sanó Avicena'.
-'De grandes cenas están las sepulturas llenas'.
-'Quien tarde cena, temprano enferma'.
-'Cena temprano y vivirás sano'.
-'La gran cena da gran pena'.
-'Dejar de cenar por haber cenado no es pecado.
Hay muchos más, pero creo que el mensaje que nos lanza la tradición es claro y contundente. A mi colega y paisano el doctor Sorapán le hubiera gustado esto del tardeo y a mí también.
No se dejen vencer por las imposiciones del virus, si no pueden llevar a su novia/novio, esposa/esposo, amante/amanto a una cena romántica a las siete de la tarde. ¡Ningún problema! Lleve las/los a un tardeo romántico, además volverán a casa con mucha más salud.
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