Tiempo de calçots en el restaurante Melly de Somo desde hace 18 años

Las primeras jornadas del año se prolongan hasta marzo y Juan Antonio Angulo reconoce que esta iniciativa «nos ayuda a mantener el volumen de trabajo durante los meses de invierno»

José Luis Pérez

Santander

Jueves, 18 de enero 2024, 14:49

Si hay en Cantabria restaurantes que se definen por la personalidad de su dueño, en esa relación, en posición destacada debe estar Melly. Juan Angulo, empresario, sumiller, cocinero, poeta y fino analista de la actualidad gastronómica, confiesa con la simpatía y la rotundidad que le caracterizan: «No soy el mejor ni el peor, soy diferente». Y añade: «Ya aquí no estoy para competir con nadie, sino para marcar la diferencia». Y con esos planteamientos, Juan Antonio Angulo, conocido también como Melly, el nombre de su restaurante en Somo, proyecta su pasión por la gastronomía en una cocina tradicional, sincera, en la que manejan con soltura y con gusto el producto de temporada para proponer al cliente una carta interesante y unos menús con buena relación precio-calidad.

Y para distinguirse, ahora Melly, como hace desde hace 18 años, pone en marcha sus jornadas de los calçots de Valls, las primeras del calendario en la región y que se prolongan durante los meses de enero, febrero y marzo.

Satisfecho con el balance de 2023, Juan Angulo confiesa que «los calçots van in crescendo, el cliente se adapta a comerlos con las manos, como se hace con otros muchos productos. Estas jornadas nos ayudan a mantener el volumen de trabajo durante los meses de invierno». Y tanto, porque los fines de semana el restaurante se llena de clientes –muchos de ellos repiten– para tomar el menú de los calçots, que se acompañan de la salsa romescu, que también llega directamente de la localidad catalana de Valls, y de una salsa ali oli.

El menú, de 27,50 euros permite escoger para el primer plato entre los citados calçots –llegan envueltos en papel de periódico sobre una teja y mantienen el calor durante toda la degustación–; cocido montañés; sopa de pescado; espaguettis boloñesa; puding de cabracho y garbanzos con langostinos.

Imagen secundaria 1 - Los callos de las tres 'p': pequeños, picantes y pegajosos. A la derecha, cachopo con carne de Cantabria. — Los callos de las tres 'p': pequeños, picantes y pegajosos. A la derecha, cachopo con carne de Cantabria. DM

Imagen secundaria 2 - Los callos de las tres 'p': pequeños, picantes y pegajosos. A la derecha, cachopo con carne de Cantabria. — Los callos de las tres 'p': pequeños, picantes y pegajosos. A la derecha, cachopo con carne de Cantabria. DM

Para el segundo plato se puede pedir unos bocartes a la cazuela (proceden de Portugal y sorprende su elaboración); unos callos 'de primera división'; caracoles a la montañesa (de Monte Corona);butifarra con huevos, pimientos y patatas; escalope oreja de elefante –filete delgado de carne de vaca empanado y horneado o frito, también conocido como milanesa–; cachopo (para dos personas) y calamares encebollados.

Los postres, caseros y uno de ellos en línea con los calçots, crema catalana. Además hay quesada pasiega y crema de limón. El precio del menú incluye una 'frasca de vino, pan, agua y el café de Dromedario».

Además de estas jornadas, Melly también da protagonismo especial a los callos en septiembre y a los caracoles en diciembre. Durante la primavera y el verano, el cachón, los bocartes, la sarda y el bonito protagonizan algunos guisos memorables.

Somo