Tortitas de patata con crema de salmón

Hace un par de años os propuse hacer un 'rosti' de patata para acompañar cualquier plato de carne o pescado, una suculenta receta propia de Suiza o Alemania. Esta semana os traigo un variante de aquella receta: unas tortitas de patata que vamos a acompañar con una crema de salmón sencilla, rápida y riquísima.

Comenzamos eligiendo unas patatas -preferiblemente harinosas, que sean para cocer-, una cebolleta fresca -que picaremos bien finita-, sal, pimienta negra y huevos.

En primer lugar vamos a rallar las patatas, las ponemos en un bol y las escurrimos bien, las pasamos a una fuente de horno y añadimos la sal y la pimienta al gusto. Mezclamos todo bien y lo metemos al horno a unos 80º durante unos 12 minutos. No queremos que se cocine, únicamente que las patatas se deshidraten un poco. Cuando lo saquemos del horno añadimos la cebolleta y los huevos. Calculamos, dependiendo de la patata que tengamos, la cantidad de huevos que vamos a utilizar: mas o menos 4 para un kilo de patatas, pero no más porque no estamos haciendo una tortilla, el huevo lo queremos únicamente para que la mezcla nos quede homogénea.

Ponemos una sartén grande al fuego con un poco de aceite y vamos cogiendo porciones pequeñas de la masa de patata, las ponemos en la sartén y las aplastamos con una cuchara o una espumadera, dándole forma redonda como de tortita. No las hacemos muy grandes para que, a la hora de montar el plato, nos quede más vistoso.

Doramos ambas caras de las tortitas y las vamos sacando a un plato con papel absorbente para escurrir el exceso de aceite que puedan tener, y hacemos el resto hasta terminar con toda la masa. Para que se mantengan calientes las metemos en el horno mientras preparamos el resto de la receta. Simplemente con el calor residual de haberlo tenido encendido no es necesario mas.

Procedemos ahora a preparar la crema de salmón. Aquí tenemos dos opciones, utilizar salmón fresco o un lomo de salmón ahumado, cualquiera de las dos está bien. Incluso, una mezcla de ambos, pero esa elección os la dejo adaptar a vuestro gusto.

En el caso de utilizar salmón fresco lo meteremos al horno a 130º durante 12 minutos con un poco de sal, aceite y un chorlito de limón, lo sacamos y lo dejamos enfriar tapado para después desmenuzarlo con las manos. A mi me parece interesante mezclar los dos tipos de salmón porque el ahumado aporta una textura diferente y, sobre todo, un sabor más potente. Una vez lo tengamos desmenuzado o picado y listo en un bol añadimos un yogur griego, una pizca de sal y otra de pimienta, unas gotas de zumo de limón y lo mezclamos bien. Si queréis podéis añadir un poco de crema de queso o incluso se puede utilizar en vez del yogur crema agria, pero eso también os lo dejo a vuestro gusto.

Disponemos en un plato una tortita, que cubrimos con una cucharada de la crema, montamos encima otra tortita, mas crema, mas tortitas, hasta que veamos que la cantidad es la suficiente como para saciar el apetito de nuestros comensales. Picamos un poco de cebollino fresco que espolvoreamos por encima, y listo.

Lógicamente, y como siempre os digo, podéis adaptar la receta a vuestras preferencias, porque también queda increíble con una carne en salsa, o cualquier otra cosa que se os ocurra.