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En 1948 nació lo que hoy conocemos como Joselín Sobaos y Quesadas. En aquellos momentos, más que una empresa, surgió la iniciativa en el seno de la familia Sainz, en Vega de Pas. Eran tiempos difíciles, de estrecheces, y cualquier ingreso 'extra' era muy bien recibido. El origen fue modesto, pero avalado por un producto genuino. En Vega de Pas, Joselín Sainz ejercía de panadero y su esposa, Antonia García Mazorra, con un espíritu emprendedor y decidido, de una pasiega corajuda, comenzó a amasar en casa los primeros sobaos pasiegos con la harina castellana de la etapa del estraperlo y el pertinaz apoyo de su vecina y compañera Lucía. La cocción se realizaba en la panadería.
Estamos hablando de pequeñas producciones, apenas dos o tres kilos, que tenían su salida en los mercados semanales de Ontaneda y Selaya. El cuévano, las maletas o cajoneras de madera para el acarreo de unos pocos kilos de sobaos se convirtieron en imprescindibles, lo mismo que el burro en que se transportaban.
Acomienzos de los sesenta del siglo pasado, la familia se traslada a vivir a Selaya y llega el impulso de la segunda generación de la saga familiar. Las protagonistas son María y María Ángeles, dos de las cuatro hijas de Joselín, que nunca cedieron a las tentaciones del mercado y mantuvieron siempre el criterio de elaborar el mejor producto posible, con las mejores materias primas y un respeto absoluto por los modos de hacer de la tradición familiar.
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Paulatinamente la empresa va creciendo tanto en producción como en instalaciones. Joselín se deja ver con su presencia constante en ferias y mercados de todo tipo. Sus responsables, comprometidas en preservar la receta original, luchan denodadamente por mantener el prestigio del sobao, algo desvirtuado por el empleo masivo de la margarina en lugar de la mantequilla. Defienden e impulsan que el sobao pasiego consiga el sello de calidad Indicación Geográfica Protegida (IGP), algo que la Unión Europea reconoce en 2004.
Entre tanto, en 1984 Joselín abre una tienda en el centro de Selaya para vender directamente al público junto al obrador, que a su vez tiene que abordar una importante ampliación en 1991.
El trabajo bien hecho y la calidad de sus elaboraciones explican los renocimientos y premios que acumula la empresa. Joselín es la única empresa del sector en los Valles Pasiegos con el sello IFS, que acredita su óptimo nivel de calidad y trazabilidad de procesos. Además, en 2010 las responsables de la empresa recibieron el I Premio a la Innovación para Mujeres Rurales, otorgado por el Ministerio de Medio Ambiente. Yen 2013, fueron distinguidas con un premio de la asociación de Cocineros de Cantabria.
El presente y el futuro está marcado por incorporación al día a día de la empresa de la tercera generación, Laura Riva Sainz, responsable de la internacionalización.
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