La Venta de Castañeda, lo mejor del entorno para una cocina sencilla y tradicional

En Cantabria hay buenos ejemplos de restaurantes que mantienen viva la mejor llama de la cocina tradicional, que pueden presumir de cocina sencilla, pero no por ello menos cuidada, que respetan la temporalidad de las materias primas y que no cierran la puerta a emplear métodos de cocción como la olla ferroviaria, con toda su singularidad e historia. Y uno de estos establecimientos es La Venta de Castañeda, con más de tres décadas de trayectoria en el pueblo de Pomaluengo (Castañeda) y donde la familia Flor-Saiz ha demostrado una gran versatilidad a la hora de adaptarse a los nuevos gustos del cliente sin tener por ello que perder un ápice de su identidad.

Dirigido por los hermanos Fernando y Macarena, junto con su madre Esperanza, este restaurante ofrece desde primera hora desayunos en los que no falta el sobao pasiego, emblema de la comarca de los Valles Pasiegos a la que pertenece el municipio.

Gracias a un generoso aparcamiento propio, el cliente puede llenar la terraza, con zona cubierta y descubierta, para disfrutar del aperitivo. Las rabas son recomendables, buena fritura y gran resultado al paladar.

Luego, La Venta de Castañeda tiene un menú de diario básico, concebido para los trabajadores que desarrollan su actividad en el entorno. Se sirve hasta las 14.30 horas y tienen una buena relación precio-calidad.

A la carta

Es sin duda en la carta donde mejor se puede escrutar el espíritu de la cocina del restaurante. Los guisos de cuchara en olla ferroviaria –por ejemplo unas alubias rojas con su compagno–, el cocido montañés o una crema de marisco son buenas elecciones. Como alternativa, están platos básicos como las croquetas caseras de carne, las mollejas con setas, el pulpo a la brasa o la parrillada de verduras, que aquí tiene una gran demanda. Un guiño a los artesanos de la comarca se advierte en el bocado de queso Divirín gratinado sobre tosta de sobao y mermelada amarga de naranja.

Los arroces se preparan por encargo –caldoso con bogavante, fideuá de marisco con ali oli o paella mixta– y, entre los entrante fríos, no faltan el jamón ibérico cortado a cuchillo, las anchoas de Santoña de calidad premium, la ventresca de bonito del norte y las ensaladas de jamón ibérico y foie o de queso de cabra gratinado con frutos secos. Diferente, el tuétano de vacuno mayor con carpaccio y queso lebaniego.

El abanico de posibilidades en el ámbito de la carne es enorme, desde el solomillo a la parrilla o con foie hasta el entrecot de novilla, el chuletón de buey a la piedra, el lechazo asado, las chuletillas de lechazo, el rabo de toro estofado, las manitas de cerdo rellenas de setas, el secreto de cerdo ibérico a la miel o una hamburguesa de cine. Precisamente las hamburguesas y el picoteo más informal es el protagonista de la carta de tarde-noche que cautiva el paladar de los clientes más jóvenes.

Finalmente, en pescados, destacan en la carta la merluza rellena, la lubina al horno, el bacalao a la montañesa o las albóndigas de bonito.

Finalmente, hay que dar un sobresaliente a los helados que artesanalmente prepara Fernando, un despliegue de sabores con una textura suprema.

Dirección: Barrio La Cavadecha nº 140. Pomaluengo (Castañeda). Junto a la antigua N-634.

Teléfono: 942 592 140.

Dirección: Esperanza Saiz, Macarena y Fernando Flor Saiz.

Inaugurado: 1991.

Cocina: Equipo de cocina.

Estilo de cocina: Tradicional, de producto.

Precio medio de la carta del restaurante: 35-45 €.

Precio medio de la carta de picoteo: 12-15 €.

Menú diario: 11,50 € de lunes a viernes, hasta las 14.30 h.

Capacidad: Más de 100 plazas.

Terraza: Sí. Unas 70 plazas.

Horario: De 8.00 horas a fin del servicio de cenas.

Cierra: Noches de lunes y martes. Las noches de miércoles a domingo, se sirve la carta de hamburguesas y pizzas.

Bodega: Unas 50 referencias.

Wifi: Sí.

Aparcamiento: Sí, propio, con dos puntos de recarga para automóviles eléctrificados.