Vino submarino: Pico Jaro, 18 meses en el fondo del Cantábrico

Solo experimentando, sacando a flote las inquietudes por mejorar y salir de la rutina de la zona de confort, se puede innovar. También en el sector agroalimentario. En este sentido, la Bodega Sierra del Oso puso en marcha hace dos años un proyecto que no ha salido a la luz hasta ahora, cuando se ha visto que los resultados del experimento son realmente buenos. Nos referimos a la salida al mercado al que posiblemente sea el primer vino 'submarino' elaborado en Cantabria aunque con uva de fuera de la región. Se trata de Pico Jaro, de cuya cosecha de 2019 se decidió que un lote de 1.008 botellas fueron sumergidas en el Cantábrico para ver los efectos en la crianza o envejecimiento tras pasar 18 meses a una profundidad de unos 20 metros, a unas ocho millas del litoral y a temperaturas constantes de 14º.

Como señala el propio Ángel Moreno, propietario de la bodega, «un vino es un ser vivo y queríamos saber como iba a evolucionar en esas condiciones, con oscuridad y silencio». Las botellas se sumergieron metidas en unas jaulas, idea que se ha reproducido en el estuche exclusivo que se ha diseñado para este vino del que, apenas semanas después de haberse sacado a flote, quedan pocas unidades, aunque se comercialice a 120 euros. Sin duda, el vino más caro de la región.

Para descifrar los efectos que el Cantábrico ha tenido sobre este Pico Jaro, lo mejor es catarlo de forma paralela con el mismo vino en su formato convencional, un vino realizado con un coupage de Tempranillo, Merlot y Mencía. La experiencia se realiza junto con el propio Ángel Moreno y con Víctor García, enólogo de la bodega. La conclusión, siempre sometida a las opiniones de cada persona, es que el vino es con más cuerpo, más redondo, más viejo (dicen que la crianza bajo el mar se multiplica por siete), notablemente de mayor calidad.

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