Yenda, Palacio de Treto y El Misterio, los mejores vinos del año con sello de la IGP de Cantabria
Optimum 2022 ·
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Asociación de Sumilleres. Yenda, Palacio de Treto y El Misterio, los tres caldos seleccionados por el juradoEn Cantabria se hace vino y, además, buen vino. Esta afirmación está en boca de muchos profesionales del sector quienes, al tiempo que alaban la progresión que está experimentando la producción en la región, ponen el acento en la necesidad de hacer promoción, de poner ... en valor todo el trabajo que hacen los pequeños empresarios de la comunidad.
Precisamente con este objetivo, desde la Asociación de Sumilleres de Cantabria se organizan, anualmente, los Premios Optimum, que buscan señalar los caldos más destacados del año entre referencias amparadas por alguna de las IGP de la región.
Este 2022, en la octava edición, han resultado ganadores el Yenda albariño godello, de la bodega Sel D'Aiz y en la categoría blanco joven; el Palacio de Treto, de Pago Casa del Blanco, en el apartado de blanco con crianza; y El Misterio, de Picos de Cabariezo, en el capítulo de tintos.
El proceso de elección de los vinos se realiza a través de una cata a ciegas que, este año, contó con la valoración de José Ruiz de la Peña García (Asturias), Isabel Salgado (Galicia), Rafa Tobar (Burgos), Mar Galván (Cataluña) e Inmaculada Cañibano (Valladolid).
Al igual que ya ocurriera en 2021, la cata y el fallo del jurado tuvieron lugar en el marco de la segunda edición de Sabor en Cantabria, el encuentro de gastronomía, turismo y agroalimentación organizado por El Diario Montañés y Cantabria en la Mesa que se celebró el pasado mes de octubre en Puente Viesgo.
Mejor vino blanco
Elegante, fresco y equilibrado. Estas son las cualidades que definen al Yenda albariño godello, el vino galardonado como el mejor blanco joven en la última edición de los Premios Optimum.
Producido por la Bodega Sel D'Aiz, este caldo se elabora con un 80% de la variedad albariño y un 20% de godello, una combinación con la que «buscamos la armonía entre la fragancia y frescura que tiene la uva albariño y el cuerpo de la godello», explica Asier Alonso.
Una combinación interesante que preserva «la chispa» de la primera, lo que «va muy bien con nuestra gastronomía», al tiempo que la segunda aporta «volumen» al resultado final.
Organolépticamente hablando, este vino integrado en laIGP Vino de la Tierra Costa de Cantabria presenta un color amarillo pajizo con tonos dorados tenues, es persistente en boca y tiene un aroma muy frutal, «con toques de melocotón».
Sel D'Aiz se presentó al mercado en 2013 con su primera cosecha. Ubicados en la localidad de Castillo Pedroso (Corvera de Toranzo) esta pequeña bodega que produce anualmente unos 15.000 litros de vino está instalada en una antigua cabaña pasiega rehabilitada. De aquí a los próximos cinco años tiene como objetivo especializarse en espumosos.
Mejor vino con crianza
De color amarillo muy pálido y con ribetes ambarinos; un aroma fresco, de gran complejidad, donde destacan las frutas blancas y los matices florales; y con un paso en boca untuoso, donde la madera respeta la personalidad de la uva y suma aromas y elegancia. Así es Palacio de Treto, el vino de la Bodega Pago Casa del Blanco seleccionado por el jurado de los Optimum 2022 como mejor blanco con crianza.
Amparado por la IGP Vino de la Tierra de la Costa de Cantabria, el secreto de este caldo elaborado con la variedad de uva albariño está en el resultado que ofrece tras su contacto con el barril. «No es habitual que un blanco pase un periodo de tiempo en madera» y además, para este proceso de envejecimiento «nosotros elegimos botas de 500 litros de capacidad, de manera que la influencia de la madera sea más lenta y se preserve la frescura», argumenta Antonio Merino, enólogo de la casa. El producto reposa en esta barrica durante cuatro meses y el resultado es un vino «más complejo, redondo y voluptuoso».
Esta importante bodega castellano-manchega se asentó en Cantabria en 2016 y con la primera cosecha de sus viñedos de Nates logró el premio al mejor Albariño del mundo. La suya es una producción que atesora diversos galardones en certámenes nacionales e internacionales.
Mejor vino tinto
El Misterio, «tiene lo que siempre hemos buscado en un vino, es de todos los que hemos producido, el que más me ha impactado», asegura con orgullo Javier Blanco, socio de la Bodega Picos de Cabariezo.
El caldo, amparado por la IGP Vinos de la Tierra de Liébana y galardonado como mejor tinto en los Optimum 2022, «es fresco y licoroso, con recuerdos a chocolate». Mayoritariamente está elaborado con mencía procedente de la finca La Blanca, «que nos está dando una calidad muy buena», aunque incorpora también otras variedades. En su producción «hemos sido muy meticulosos», escogiendo para su crianza, de doce meses, «las mejores barricas». De la suma de todo ello, «del juego con los distintos elementos, hemos conseguido un producto con el que estamos muy satisfechos» y del que se puede decir que «tiene todos los mimos de la casa».
Picos de Cabariezo es un proyecto que nació hace algo más de dos décadas como el hobby de un grupo de amigos que tenían el sueño de elaborar un buen vino en esta comarca donde tanta tradición han tenido los viñedos. Y en su afán por «buscar siempre la expresión más particular del entorno en el que vivimos», el entretenimiento se ha convertido en una actividad empresarial con varias referencias de éxito, que genera riqueza para la zona, atrae enoturistas y proyecta una imagen de innovación».
«El jurado de esta octava edición de los Premios Optimum ha destacado que se nota que el sector en Cantabria ha dado un paso adelante y, sobre todo los blancos, han evolucionado fantásticamente. Con este certamen nuestro objetivo es dar a conocer, tanto dentro de la región como fuera de ella, los vinos que se hacen en la comunidad, de manera que se ponga en valor el trabajo que realizan estos pequeños productores. Aquí se hace un buen vino, tanto dentro de la IGP como fuera de ella, y se nota que estamos creciendo porque cada vez hay más bodegas y productos de mayor calidad».
«En nuestro restaurante tenemos muchos vinos de Cantabria y como nuestro menú es muy local, si alguien nos pide una sugerencia para beber, siempre intentamos ofrecer referencias de la región. Por lo general, el cliente nacional lo prueba con menos frecuencia, igual se anima en el picoteo de barra pero no tanto para la comida. Sin embargo, entre los extranjeros, sobre todo de ámbito europeo, es muy habitual que pidan bebida de la zona. En general, el feedback que recibimos es que el vino cántabro gusta, sobre todo los blancos, y yo creo que se están haciendo productos muy competitivos».
«En los restaurantes de Cantabria ahora tenemos la fortuna de poder ofrecer vinos de la región con más variedad de registros y de uvas y, lo que es más importante, con más calidad. Antes los clientes eran reacios a probar nuevos vinos locales, pero está creciendo la cultura gastronómica y enológica. Tenemos vinos muy competitivos en relación precio-calidad que convencen. Esto, permite fortalecer la imagen de marca 'Vinos de Cantabria' y el trabajo conjunto realizado en los últimos años se plasma en que ya hay clientes que piden vinos locales que en su día les recomendé».
«La inmensa mayoría de los clientes que prueban un vino de Cantabria lo valoran y, de hecho, muchos se sorprenden y nos preguntan dónde están los viñedos, porque uno de los grandes problemas que hay es que no se sabe que en Cantabria se hace vino y buen vino además. Creo que cada vez hay referencias más buenas. Normalmente, en los restaurantes somos nosotros los que tenemos que ofrecer el producto, son pocos los que lo piden de antemano y entre quienes más se animan a probarlos están los turistas de fuera de la región, aquí en Cantabria no se valoran aún demasiado».
«Cada año que pasa los vinos de Cantabria están mejor, tienen mejor acidez y los productores están haciendo cosas muy interesantes. Por eso es una pena que donde menos valoramos estas producciones sea en casa. En los restaurantes los que más se animan a probarlos son quienes nos visitan de fuera, el resto prefieren denominaciones más asentadas. Aunque sí tengo que decir que, afortunadamente, está subiendo un poquito su posicionamiento en la hostelería, considero que aún les faltan oportunidades para hacerse un hueco entre las preferencias de los consumidores».
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