El Zapico, guardianes de la memoria culinaria cántabra

Otro cofrade fundador, Juan González, añade que querían «promocionar productos de Cantabria que fuesen veraces, investigar y plasmar recetas reales». Se pusieron manos a la obra e invirtieron muchísimas horas en ello, con reuniones entre cocineros que tenían como fin consensuar todo el material del que disponían.

El fruto de todo este trabajo son más de 300 recetas recopiladas en seis libros, editados entre los años 2000 y 2010 en colaboración con la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria.

Aunque la investigación ha sido la función más importante de la agrupación, no ha sido la única, ya que también han volcado muchos esfuerzos en trabajos de índole social, popular y de divulgación.

La cofradía ha acercado la cocina cántabra a multitud de eventos, con años en los que han llegado a contar hasta 15.000 comidas, «desde actos populares para 3.000 personas o congresos médicos de 4.000 asistentes, hasta viajes fuera de Cantabria e incluso de España para preparar un cocido o llevar un queso de la región», explica García.

Muchas de estas actividades se realizan a raíz del contacto de los interesados, aunque la cofradía también ha empujado la celebración de algunos eventos con fines divulgativos «por ejemplo, con el tema de las matanzas, considerábamos que era mostrar una forma de vida, ilustrar cómo se hacían las cosas y cómo se aprovechaba el producto, así que hemos intentado potenciar actos relacionados en distintos ayuntamientos, porque para nosotros era una cuestión histórica y didáctica a nivel gastronómico, aunque ahora ya no se hacen públicamente», comenta Ramón Bermejo, presidente de la asociación.

Los miembros de la cofradía tienen un sentir especial hacia la labor social que han venido desarrollando a lo largo de estos años. «Cuando empezamos y nos planteamos si pedir subvenciones o qué hacer con ellas, teníamos claro que queríamos devolver todo eso a la sociedad. Y tomamos conciencia de lo que podíamos aportar a nivel social, algo que se conoce mucho de nosotros y que a los socios siempre les ha encantado, hasta tal punto que preferían ir a un evento social antes que a una fiesta popular», asegura el vicepresidente.

En este marco, una de sus actividades más destacadas son los cursos de ayudante de cocina para colectivos en riesgo de exclusión. Una iniciativa que han realizado durante seis años con la Fundación Diagrama y de la que están muy orgullosos. «Habremos formado a unos 80 chavales y, a día de hoy, sabemos que unos 50 mantienen sus trabajos, lo que es un porcentaje buenísimo», expone García.

Sin embargo, Diagrama decidió seguir otro camino y El Zapico ya no realiza esta función didáctica, algo que han intentado reanudar por todos los medios «pero aún no hemos encontrado el despacho donde nos digan que vamos a empezar con esto», reivindica Bermejo.

Y concluye, «ahora que no tenemos una labor diaria específica, nuestro día a día se ha vuelto muy complicado, lo que unido al descenso en el número de socios y la falta de ayudas, nos está haciendo plantearnos dejar el local tan grande que tenemos y dedicarnos más a los eventos populares, donde podemos seguir contribuyendo a difundir la gastronomía tradicional de Cantabria».