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A estas alturas, es difícil que alguien tenga aún al médico de cabecera de toda la vida, el que ha visto crecer a los hijos e, incluso, llegó a conocer a los abuelos de la familia. Alguno queda, pero cada vez son menos. Porque los ... veteranos de la plantilla que participaron en la puesta en marcha de la Atención Primaria ya están de salida. Algunos ya se han jubilado –este goteo empezó hace unos años–, otros están retrasando ese momento de forma voluntaria, vía prórroga, y otros ya se encuentran cerca de la edad de la retirada. Solo este año, hasta septiembre, se han despedido doce médicos de familia y dos pediatras;pero en los dos próximos años las bajas por jubilación en Atención Primaria girarán en torno al centenar, según las previsiones del Servicio Cántabro de Salud (SCS). Un volumen que, sobre la plantilla actual, formada por 569 profesionales (médicos de familia de equipo, de SUAP y de 061, más los pediatras), representa el 17%, uno de cada seis.
Bajas definitivas a las que se sumarán otras tantas en los hospitales. En concreto, los cálculos de la Gerencia apuntan que el año que viene se jubilarán 42 médicos especialistas, entre los tres hospitales, y al año siguiente, otros 65. Así que a la vuelta de estos dos ejercicios, Cantabria habrá dicho adiós a más de 200 profesionales –descontando los que puedan reengancharse–.
Una cifra que casi hace templar a los equipos de Recursos Humanos, porque no hace falta calculadora ni una bola de cristal para adivinar el futuro: se van más de los que vendrán. Así que si ahora ya tienen que hacer virguerías con las carteleras para cubrir huecos en los centros de salud y los servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), porque la plantilla se queda coja con frecuencia, y tampoco encuentran la manera de convencer a las nuevas generaciones de médicos para que desarrollen su carrera profesional en los hospitales comarcales –«El 80% de los servicios de Laredo tienen déficit de médicos», como denuncia CSIF–, el panorama se dibuja solo.
569 médicos
integran en la actualidad la plantilla de Atención Primaria en Cantabria, incluidos los de los centros de salud, los SUAP y el 061.
147 facultativos
trabajan en los 31 Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) repartidos por la región.
84 pediatras
tiene la red de centros de salud, con un único profesional sustituto a lo largo de este verano.
Y así lo dejó caer en el último Pleno del Parlamento el consejero de Salud, César Pascual, cuando salió a la tribuna a defender la gestión sanitaria del verano «más complicado», en el que por primera vez no había «ni un solo médico para contratar», porque la última promoción de MIR, que empezó en 2020, no terminó la residencia hasta la semana pasada, en lugar de hacerlo en primavera, que era lo habitual, por el retraso de la pandemia.
«La atención sanitaria no ha sido la deseada», reconoció Pascual, que minimizó el impacto de las incidencias y recordó que solo contaban con tres contratos de refuerzo, doce sustitutos para los 31 SUAP de Cantabria (en los que trabajan un total de 147 profesionales), cuando lo normal hubiera sido tener 25 o 30; y un único pediatra para cubrir las ausencias de los 84 que forman parte de la plantilla. «Un drama», dijo en su intervención parlamentaria, antes y después de repetir que, pese a las dificultades, «no ha habido ningún caos» este verano en la sanidad cántabra. Tras ese repaso, advirtió también que a todos estos problemas habrá que añadir las próximas jubilaciones.
El objetivo en estos momentos, dentro del SCS, es intentar fichar a los MIR recién acabados para cubrir los dos frentes más acuciantes: la Atención Primaria, sobre todo de las zonas rurales y los SUAP, y el Hospital de Laredo. Para paliar esa falta de personal, el reto está en convencer a los médicos de familia que el pasado día 24 completaron su periodo como residentes.
De los 33 recién acabados de esta especialidad, había al menos 27 que estaban dispuestos a trabajar en la región. Esa decisión está a la espera de conocer la letra pequeña de la oferta de las nuevas plazas sin cupo de pacientes asignado. Puestos de nueva creación que se añaden a la plantilla, con un sueldo de partida de 61.000 euros brutos al año, concebidos para «ofrecer estabilidad en el empleo y solventar el problema de las coberturas de corta duración que dificultan una buena prestación sanitaria».
El equipo del servicio 061 cuenta con 33 médicos, de los cuales el año que viene cuatro cumplen la edad de jubilación
En estos momentos, hay 18 profesionales de Atención Primaria, entre ellos dos pediatras, con prórrogas autorizadas para retrasar su marcha
En el hospital de Laredo, en plena crisis por la falta de médicos, se jubilarán trece más en dos años
En definitiva, recuperar la figura del médico comodín, que se perdió cuando se suprimieron los contratos de continuidad en el acuerdo de fin de huelga de 2022, para poder cubrir las ausencias en los equipos de los centros de salud y en los SUAP –se contempla esa fórmula mixta–. Ahora las condiciones económicas son bastante más favorables, aunque cierto es que estos profesionales, durante el tiempo que ocupen esos puestos, no tendrán un cupo de pacientes propio, que es la esencia de la Atención Primaria. Pero la previsión de jubilaciones del SCS es otro aliciente para las nuevas generaciones, que pueden contar con que, más adelante, una plaza con cupo tampoco les va a faltar.
El año que viene, habrá 40 médicos de familia que lleguen a la edad de jubilación, más otros cuatro que ahora están adscritos al servicio de emergencias 061 y otros dos pediatras. Y de cara a 2026, la previsión es parecida: 44 médicos de familia y dos pediatras. Es probable que alguno se acoja a la prórroga, en la que están en esos momentos 18 profesionales de Atención Primaria, una posibilidad que se abrió hace tiempo solo en este nivel asistencial (no para los hospitales) precisamente para paliar el boom de jubilaciones y dar tiempo a equilibrar las bajas. Y en vista de la falta de relevo generacional, el Ministerio de Sanidad se inventó en 2022 otra forma de estirar la carrera de los médicos de familia y los pediatras de los centros de salud: la jubilación activa. En ese caso, ya es personal jubilado, pero se le da la oportunidad de reengancharse a la actividad asistencial durante un periodo máximo de tres años, que se puede interrumpir en cualquier momento. Una alternativa a la que hay acogidos, a día de hoy, 20 médicos de familia y cinco pediatras del SCS. Si el ambiente laboral ayuda, que es uno de los factores determinantes entre quienes lo solicitan, las ventajosas condiciones económicas de esta jubilación mejorada acaban de convencer por sí solas. Porque se habilitaron dos opciones: continuar trabajando a tiempo completo, con el sueldo íntegro –ahí los pacientes ni siquiera notan el cambio de régimen de su médico–, o con una reducción del 50%, pero cobrando en ambos casos el 75% de su pensión de jubilación, lo que implica una nómina de entre 4.500 y más de 6.000 euros al mes.
A nivel hospitalario, las jubilaciones afectan de forma desigual, pues existen especialidades que son mucho más deficitarias que otras y destinos más difíciles de cubrir. En Cantabria, Laredo es el que más sufre la falta de contrataciones. Y, por tanto, al que más daño pueden hacer las futuras despedidas. Ni siquiera los incentivos que ofrece el SCS como plazas de difícil cobertura consiguen atraer a los jóvenes profesionales. Un problema crónico, que ha llevado al hospital de nuevo a una situación crítica, como se ha vuelto a comprobar esta semana con la escasez de anestesistas. Sanidad llegó a un acuerdo con los profesionales del servicio de Anestesiología de Valdecilla para cubrir, de forma voluntaria y bien pagada, las guardias del verano en el centro pejino. Una medida provisional hasta que terminaran los MIR. Pero el intento del SCS por ficharlos no ha funcionado, así que ha tenido que cambiar el paso y buscar una solución intermedia: hacer las contrataciones en Valdecilla y que incluyan dos días de guardia en Laredo ha sido la fórmula que parece prosperar.
Aunque mientras tanto, el viernes ya hubo que suspender una cirugía, ya con el paciente en quirófano, porque no había anestesista, según denunció la Plataforma de Usuarios del Sistema de Salud Público. Y, además, faltan radiólogos, traumatólogos, oftalmólogos, neurólogos, neumólogos... la lista de problemas del hospital comarcal es larga. Y las soluciones planteadas para los anestesistas desplazados (un plus sobre el precio de la guardia), pueden acabar repercutiendo también en Sierrallana, pues hoy se verá si mañana, día 1, los pediatras de Valdecilla cumplen con su amenaza de dejar de hacer guardias voluntarias en el hospital de Torrelavega si no se les equipara económicamente, pues los mismos profesionales cobran diferente cuantía en función del hospital.
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