El turismo cántabro prevé un puente "flojo" a pesar del buen tiempo

El buen tiempo que se espera para los próximos días y los precios de temporada baja no serán suficientes para que el puente de Todos los Santos (del 31 de octubre al 2 de noviembre) tenga un impacto tan positivo en el turismo cántabro como el último puente del Pilar. Motivos hay unos cuantos, aunque el fundamental es que solo siete comunidades autónomas han trasladado la fiesta del 1 de noviembre, que cae en domingo, al lunes 2. Y entre esas comunidades no están las dos que más turismo nacional genera en Cantabria: Madrid y País Vasco. La esperanza del sector es que, tratándose de unas fechas fuera de temporada, la gente esté esperando hasta el último momento para organizar una escapada, y si el tiempo acompaña -como pronostica la Agencia Estatal de Meteorología-, al final las cifras de ocupación mejoren un poco y permitan salvar el puente de manera digna.

«El viernes no hay prácticamente reservas. Muy poquito. Y para el domingo tampoco. La ocupación será un poco mejor el sábado. Pero de tres noches hay muy pocas reservas, por no decir ninguna», lamentaba ayer el presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas. «También es verdad que ahora los clientes ya saben que no hay problemas de camas y no les importa apurar. Así que a lo mejor las reservas mejoran a última hora. Pero en todo caso tenemos claro que va a ser un puente flojo».

El problema del puente de Todos los Santos es que cada comunidad autónoma se organiza a su manera y este año solo siete autonomías han movido el festivo al 2 de noviembre. «Si fuera fiesta el lunes en toda España cambiaría mucho la decoración y tendríamos un muy buen puente», aseguró al presidente de los hosteleros, que lamentó que Cantabria no pueda aprovechar el buen tiempo que se espera para el fin de semana. Los que quizá sí puedan aprovechar el sol de otoño son los negocios de restauración, que al menos contarán con que los cántabros se desplacen por la toda la provincia para aprovechar el buen tiempo.

Los más afortunados serán los aficionados a la montaña, ya que el teleférico de Fuente Dé volverá a entrar en funcionamiento a partir de mañana, sábado, después de un parón de 17 días para su revisión anual.

Turismo rural

La peor parte de este puente descafeinado se la llevarán los alojamientos rurales, que son los que más dependen de los visitantes de otras comunidades autónomas y de momento sola han conseguido llenar una de cada cuatro camas». Este puente no ha cumplido con las expectativas. Estábamos entusiasmados con el puente del Pilar y pensábamos que este también nos iba a dar alegrías, pero no ha sido así. Va a ser un fin de semana más de otoño», explicó Jesús Blanco, de la Asociación de Turismo Rural. A los motivos ya explicados, Blanco añadió que también puede haber influido la cercanía de este puente con el del Pilar y con el de la Almudena, que se celebra la semana que viene en Madrid. «Y a lo mejor este puente es más de estar en casa e ir al cementerio».

La parte de la ecuación que suele fallar en el turismo cántabro, el tiempo, será esta vez el máximo responsable si al final se superan las bajas expectativas, porque la previsión, tratándose de finales de octubre, no podía ser mejor. «Va a ser un fin de semana muy bueno. Mañana (por hoy) puede caer alguna gotita en la Cordillera (Cantábrica), pero nada relevante. El sábado y el domingo no se esperan precipitaciones. Como mucho por la noche puede caer algún pequeño chubasco», explicó el delegado de Aemet en Cantabria, José Luis Arteche. «Estamos bajo el efecto de una borrasca atlántica y hay actividad en toda la Península, pero nosotros no lo estamos notando por la influencia de los vientos de componente sur, que están dejando temperaturas bastante agradables. El tiempo se estropeará un poquito en la tarde del lunes. Aunque tampoco durará mucho».