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Todos los premiados junto a Alberto Durán, consejero general de la ONCE, Miguel Ángel Revilla, Samuel Ruiz, Íñigo de la Serna, representantes de la ONCE de Cantabria, el CERMI y la Obra Social de Liberbank.
Cinco premiados, por solidarios

Cinco premiados, por solidarios

La ONCE entregó sus galardones anuales a la Obra San Martín, el Ayuntamiento de Potes, Ecolabora, Francisco Otero y El Diario Montañés

santiago echevarría

Miércoles, 4 de noviembre 2015, 21:40

Francisco Otero, la empresa Ecolabora, el Ayuntamiento de Potes, la Obra San Martín y El Diario Montañés. En ellos vio la ONCE de Cantabria espíritu solidario y a los cinco entregó ayer su reconocimiento. Al primero se le agradece su dedicación de casi dos décadas a las personas con enfermedad mental. A Ecolabora, que busque una salida a los que más difícil lo tienen. Al Ayuntamiento de Potes, que se vuelque en hacer sus rincones accesibles. A la Obra San Martín, los años de entrega a las personas con discapacidad. Y a El Diario Montañés, haber puesto voz e imagen a las historias de capacidad que nunca se cuentan y, que existen, tras una persona con discapacidad.

Hace ya tres años que la ONCE dejó de dar bastones de plata a todos aquellos que apoyaban su labor y pasó a reconocer con el premio Solidarios a entidades privadas, instituciones públicas, personas con nombre y apellido, periodistas o medios de comunicación y empresas. El Solidarios tiene otros matices: da las gracias «a quien se pone el mundo por montera para ayudar» a quien lo necesita, pero también invita «a seguir trabajando», explicó Alberto Durán, consejero general de la ONCE y presidente de Ilunión, ante las decenas de invitados que acudieron al acto de entrega de premios en el Casyc. Durán declaró señaló que las personas con discapacidad «son afortunadas» de encontrar gente y empresas como las premiadas este año e invitó a todos a seguir «dejando huella».

Huella ha dejado ya Francisco Otero en Ascasám, donde ejerció como presidente «con tenacidad y compromiso» durante 16 años. Aunque el premiado repartió méritos al asegurar que la Asociación Pro Salud Mental de Cantabria no ha sido exclusivamente labor suya, sino de un batallón: las propias personas con enfermedad mental, las familias, los «excelentes profesionales» con que se ha contado siempre y las sucesivas juntas directivas, que fueron asumiendo los riesgos también sucesivos, incluidos los económicos. Ya jubilado, cree que la asociación sigue en «buenas manos», declaró visiblemente emocionado.

Entre los ayuntamientos, deja huella el de Potes. Su alcalde, Francisco Javier Gómez, se sentía ayer algo «ruborizado» al recoger el galardón, porque le consta que son muchos los ayuntamientos que hacen un esfuerzo diario por mejorar la vida de los ciudadanos haciendo los pueblos cada vez más accesibles. «Pero a nadie le amarga un dulce», afirmó, porque Potes no ha parado «de hacer obras para que su belleza pueda ser accesible y, por tanto, disfrutada por todos. Tenemos un pueblo precioso, pero no era transitable», algo que se ha querido paliar con un proyecto detrás de otro. «Todos los días tenemos algo en mente» en este sentido, aseguró, aunque sabe que queda mucho por hacer. «Casi tanto como lo ya hecho».

Y su propia marca deja también Ecolabora, una sociedad ligada a Cáritas, para la que la mejor forma de normalizar es emplear. Francisco Sierra, su administrador, agradeció a la ONCE el premio y al tiempo agradeció a todos los equipos de profesionales y voluntarios que hacen posible la labor de una iniciativa en cuyo centro están las personas, la inserción laboral de quienes más difícil lo tienen para encontrar un trabajo. Sierra pidió que la solidaridad se convierta «en una bandera para las autoridades».

También José María Carceller, presidente del patronato Obra San Martín es consciente de que su marca es una referencia en Cantabria, donde se dedica a «hacer ciudadanos» de las personas con discapacidad. «Este premio significa mucho para nosotros, que estamos en continua evolución», con un «proyecto vivo y heterogéneo, con un sólido planteamiento de futuro. Si la sociedad nos lo demanda, aquí estamos», remarcó.

Igual que El Diario Montañés, que está presente siempre allí donde lo requieren los cántabros. Lo explicó José Emilio Pelayo, director adjunto del grupo multimedia, que recogió el premio junto a la periodista Violeta Santiago. Pelayo expresó «que lo que alguien pudiera considerar un deber (dar voz a quien tiene poca habitualmente en los medios) se convirtió en un placer». Además, «un placer coral», dado que en el proyecto No solo discapacidad desarrollado por El Diario en 2014 participaron 40 profesionales de varios medios de comunicación de Cantabria. Solo un pequeño grupo eran periodistas de la casa.

Tanto Miguel Ángel Revilla como Íñigo de la Serna felicitaron a los premiados y a la ONCE por haber mirado hacia quienes más lo necesitan. De la Serna manifestó la voluntad del Ayuntamiento de apoyar a la ONCE, «una organización que es capaz de llegar donde no llegan las instituciones» siempre que lo requiera. Revilla lamentó haber presentado en el Parlamento «un presupuesto de guerra, sin dinero» que obliga a olvidarse de hacer carreteras. Pero le satisface poder volcarse «en los que más sufren. Intentaremos estar a la altura».

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