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José Emilio Pelayo
Jueves, 24 de diciembre 2015, 00:10
«El Gobierno debe servir, ante todo y por encima de todo, a las personas». Con esa frase como línea maestra de lo que debe ser el trabajo del Ejecutivo bipartito PRC-PSOE, Miguel Ángel Revilla proclamó anoche, en su mensaje de Navidad dirigido a los cántabros, su firme voluntad de «poner fin a la escalada de pobreza y exclusión social que hemos padecido en los últimos tiempos». Todo ello buscando «aliviar las situaciones de emergencia social que empañan nuestra vida cotidiana». «Sois la primera prioridad del Gobierno que presido. Sé que vivimos momentos especialmente difíciles y que lo estáis pasando mal porque estáis sufriendo todavía los efectos de la terrible crisis económico que ha asolado nuestras vidas», dijo en un tono cercano el presidente, para añadir que por eso su mensaje navideño incluía transmitir de forma especial a esas personas «mi afecto y mi respaldo».
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Con esa misión como norte, Revilla aseguró que su Gobierno trabaja en esa dirección desde el primer día, por lo que «hemos puesto en marcha políticas de apoyo imprescindibles en una tierra que siempre se ha distinguido por su carácter solidario». Para alcanzar los objetivos, Revilla apuntó la necesidad de «revertir los recortes de la anterior legislatura». Tal y como anunció hace meses en su discurso de investidura, el presidente cántabro insistió en que su intención pasa por «volver a situar las políticas sociales y los servicios públicos esenciales de la educación y la sanidad en el lugar que nunca debieron abandonar» y, por tanto, son «el primer objetivo de la gestión pública». «Los servicios básicos remachó e imprescindibles para garantizar el bienestar de la ciudadanía, no deben ser nunca supeditados a otros intereses».
Junto a la prioritaria atención a los desfavorecidos, Revilla explicó en su alocución navideña que su Gobierno quiere impulsar «un nuevo patrón de desarrollo económico», promoviendo un «modelo más justo y eficiente» como único camino para superar la crisis, recuperar la senda del crecimiento y crear empleo. «No queremos enfatizó más trabajo precario ni más contratos basura con sueldos de miseria».La aspiración es, por tanto, la de «generar empleo estable y de calidad con salarios dignos» y ofrecer «salidas a los jóvenes» para que no se vean obligados a marcharse de su tierra.
Para lograrlo, el presidente cántabro reiteró la necesidad de «reorientar la economía regional» y afrontar sus apuestas por la industria vinculada a las energías renovables, el desarrollo científico y tecnológico, la desestacionalización del turismo y el impulso al sector primario y el desarrollo rural. Ahí hizo una mención expresa a los ganaderos, a los que «no abandonaremos», y gritó una vez más que «se pagan precios de auténtica miseria» por un producto básico como la leche.
Revilla explicó que Cantabria cuenta con «extraordinarios recursos» para conseguir ese despegue económico. Citó la relevancia del Parque Científico y Tecnológico y de los institutos de investigación (el de Hidráulica y el de biomedicina), y destacó el papel capital a desempeñar por la Universidad de Cantabria y la recuperación del proyecto de la Fundación Comillas, «por el que vamos a volver a apostar porque creemos que la enseñanza y la difusión de nuestro idioma no solo es un activo cultural sino también una herramienta de extraordinaria capacidad económica».
Potencial y reivindicación
El jefe del Ejecutivo mostró su fe en la fortaleza de los cántabros y de ahí que se mostrara confiado en que se alcanzará la meta «comprometida». «Tenemos afirmó rotundo potencial, ideas y capacidad para llevar adelante el proceso de recuperación». Pero junto a esa fortaleza cántabra, Revilla advirtió de que es necesario el apoyo del Estado. Y ahí elevó el tono de voz para mostrar su cara más reivindicativa y anunciar que la mantendrá.
Reiteró que Cantabria ha sido «maltratada» por los sucesivos Gobiernos centrales que al mismo tiempo que asumieron compromisos con la región, los ha incumplido de forma sistemática. Por ello avanzó que «no me temblará la voz a la hora de exigir el cumplimiento de los compromisos». Porque para conseguir una Cantabria mejor «necesitamos acabar con el abandono secular al que tan injustamente nos han sometido el Gobierno de la Nación. No podemos consentir que se perpetúe el vacío de inversiones al que nos han condenado. No lo merecemos y no vamos a tolerarlo».
En lo que ya son sus prioridades, Revilla reiteró la urgencia «no vamos consentir más aplazamientos ni retrasos» del tren de altas prestaciones a Madrid, proyecto ya encomendado a la empresa pública Ineco, e infraestructura básica sin la que Cantabria «no podrá competir en igualdad de condiciones». La segunda petición también fue la prevista: «Ha llegado la hora de que el Estado cumpla de una vez su obligación y su promesa de financiar en su integridad las obras de Valdecilla y de que apueste por la reindustrialización que tanto necesitamos, fundamentalmente en la comarca del Besaya».
Lanzadas las peticiones y las advertencias a Madrid, Revilla auguró que 2016 se presenta ante los cántabros como «un año de cambios» y de nuevas oportunidades», idóneo para «enmendar los errores» y avanzar en la construcción de «una sociedad mejor, más justa, más próspera, más fraternal y más igualitaria». Fue casi el epílogo de su mensaje de Navidad porque el final tuvo un toque cien por cien personal: «A punto de cumplir 73 años, estoy lleno de energía mental e ilusión para seguir luchando por esta bendita tierra de Cantabria».
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