"La investigación no puede basarse en unos pocos grupos de excelencia"

La pasión por la investigación de Avelino Corma, fundador y profesor del Instituto de Tecnología Química (ITQ) del CSIC, se ha traducido en más de 100 patentes y ha recibido un Premio Príncipe de Asturias en 2014. Al mexicano Ignacio E. Grossman, profesor desde hace más de 30 años en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh (Estados Unidos), la institución académica le ha reconocido su contribución al desarrollo de la Ingeniería de Procesos. Y en el caso del catedrático y fundador del Instituto Técnico de Materiales y Construcciones de la Politécnica de Madrid, su larga y fructífera trayectoria en el campo del control de calidad de la construcción y en el impulso de la prefabricación del edificio, que se une a una intensa dedicación docente. Los tres tienen en común que son maestros y referentes de generaciones, cada uno en su ámbito.

El químico Avelino Corma, que fue amadrinado por la catedrática del Departamento de Química e Ingeniería de Procesos y Recursos, Carmen Blanco, subrayó en su discurso que un buen sistema de investigación «no puede basarse únicamente en unos pocos grupos de excelencia» mientras deja sin financiación a aquellos que obtienen «resultados dignos y educan», como cree que sucede en España, según informa Efe. A su juicio, la investigación química está en estos momentos «mucho mejor de lo que ha estado nunca en España», pero advirtió de que pesan sobre ella «amenazas» que pueden influir negativamente en su futuro.

Esos nubarrones que desafían la investigación son, en su opinión, que no se enseñe la asignatura de química en los institutos, la imagen negativa que una parte de la sociedad tiene sobre esta materia y el «bajo nivel de financiación» que, «con la excusa de la excelencia», deja fuera a grupos de investigadores.

Cree el académico que un buen sistema tiene que basarse en incrementar el nivel medio de la investigación y, por lo tanto, debe financiar a aquellos grupos que tienen resultados y a un «nivel competitivo internacionalmente», y a los grupos de excelencia, «exigiéndoles un mayor nivel de riesgo y un esfuerzo adicional en transferencia del conocimiento». Corma ha investigado siempre en España y la tecnología y los procesos que ha desarrollado son utilizados en un buen número de plantas químicas del mundo. El profesor valenciano ha ingresado en el claustro de la UC como honoris causa por la excelencia de sus investigaciones en el campo de la catálisis y por su vinculación con la universidad cántabra, que también ha sido reconocida en los otros dos profesores investidos en esta ceremonia.

El mexicano Ignacio E. Grossman subrayó que en sus más de tres décadas investigando ha aprendido, entre otras «lecciones», que «tener un sueño, una ilusión y perseverar, rinde los frutos esperados»; que se debe ser «estratégico» y centrarse en pocas áreas; que hay que mirar a la industria como una fuente de nuevos problemas que investigar y, sobre todo, que la satisfacción «más grande» está en el éxito de los alumnos que ha formado. Para este científico, el mundo tiene hoy problemas, desde el calentamiento global a la escasez de agua, que requieren «soluciones creativas». Y cree que la investigación en busca de esas soluciones y la cooperación internacional deben ser capaces de conseguir «un futuro sustentable para las nuevas generaciones».

Por su parte, José Calavera se mostró «muy escéptico» con el Plan Bolonia y defendió que en España hay que encaminarse a la creación de centros de altos estudios en ingeniería.