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Mariña Álvarez
Viernes, 12 de febrero 2016, 13:31
Iban en coches robados y vigilaban sus objetivos durante días. Les daba igual que las viviendas no estuvieran vacías. Pero mejor sin hombres dentro. Esperaban a que la mujer de la casa se quedara sola. Entonces, se hacían pasar por repartidores de paquetes, llamaban a ... la puerta, la encañonaban, la maniataban... Si se resistían a decir dónde guardaban el dinero y las joyas, no dudaban en golpearlas. Desvalijada la vivienda, la dejaban atada y se fugaban. Esto pasó el año pasado en tres domicilios de Beranga, Treto y Argoños, y desde entonces la Guardia Civil de Cantabria ha mantenido en absoluto secreto un dispositivo que al fin ha reventado, con la detención de cinco delincuentes, cuatro de ellos españoles y uno colombiano, por otros tantos robos con violencia e intimidación en Cantabria y Vizcaya.
Esta banda no solo era experta en robos en casas habitadas. También se les atribuyen hurtos de ropa en centros comerciales de Cantabria, Asturias, País Vasco y Castilla y León, intenso tráfico de drogas en Bilbao y extorsiones en Vizcaya.
Son tres hombres y dos mujeres, todos muy jóvenes (entre 26 y 32 años). Cuatro vivían en la provincia de Vizcaya y la quinta -una chica de 29 años-, con residencia en Castro Urdiales pese a ser natural del País Vasco, comunidad de origen de la otra mujer y de dos de los hombres.
Así fue la investigación
La Guardia Civil bautizó esta operación como 'Albon' cuando, entre enero y mayo de 2015, se cometieron los tres robos con violencia en territorio cántabro. En el transcurso de la investigación se detectaron otros robos similares en Bilbao y Amorebieta (Vizcaya), que habían sido denunciados ante la Ertzaintza. Los datos de unos y otros llevaron a deducir que habían sido cometidos por el mismo grupo criminal.
En los cinco robos que se les atribuyen utilizaron técnicas violentas para ejecutarlos. La Guardia Civil explica que, para entrar en las casas, utilizaban "cualquier tipo de engaño, como simular a una empresa de paquetería". Una vez abierta la puerta, abordaban a la víctima -en los tres casos de Cantabria era una mujer- con armas cortas de fuego y la maniataban con bridas de plástico. Una vez reducida, empezaban el interrogatorio para que revelasen dónde guardaban efectos de valor o cajas fuertes. En uno de los casos (el de Argoños) llegaron a golpear a la mujer en la cabeza para arrancarle la confesión. Perpetrado el robo, las abandonaban atadas en sus casas y se daban a la fuga en coches robados, que luego eran abandonados en distintas localidades de Vizcaya.
Se desconoce el importe del botín, porque en algunos casos las joyas y demás efectos robados no han sido valorados económicamente por los propietarios en sus denuncias. Solo en uno de los robos (cometido en Cantabria), las víctimas valoraron el importe de las joyas sustraidas en 45.000 euros.
La Guardia Civil señala que la investigación resultó "complicada", porque para cometer estos asaltos cubrían sus rostros y utilizaban ropas que dificultaban su identificación. Y también en este caso, como otros dados a conocer recientemente por el instituto armado, resultó "fundamental la colaboración ciudadana". Hubo vecinos que informaron a la Guardia Civil de personas y vehículos sospechosos, vistos tanto antes como el mismo día de los robos.
El día de la detención
Y así se llegó a la identificación de los cinco miembros de la banda y sus lugares de residencia. En la madrugada del pasado 2 de febrero se actuó de forma simultánea en un domicilio de Bilbao y otro de Etxebarria (Vizcaya), donde fueron detenidos dos hombres y una mujer (la más joven del grupo, de 26 años), y se registraron las dos viviendas.
Horas más tarde se detuvo a otro hombre en Bilbao y a la segunda mujer de la banda, que vivía en Castro Urdiales.
Los registros
En los registros en las casas de estos delincuentes se localizaron bridas de plástico como las utilizadas para maniatar a las víctimas. Y también se hallaron armas blancas, más de 1.000 euros en efectivo, joyas, efectos procedentes de hurtos y documentación, que aún está siendo analizada.
Además, también se intervino cocaína -más de 70 gramos-, con la que podían haber obtenido unas 300 dosis, y casi medio kilo de sustancia de corte. También tenían dos básculas de precisión.
La investigación está dirigida por el Juzgado nº2 de Santola y la realiza la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil de Cantabria, con el apoyo del Grupo de Acción Rápida (GAR), la UOPJ y el Servicio Cinológico de la Guardia Civil de Vuzcaya.
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