La gripe satura los servicios de urgencias de Valdecilla y Sierrallana

Otro año más. La gripe ha vuelto a colapsar en las últimas horas los servicios de urgencias de los dos grandes hospitales públicos de la región: el de Valdecilla, en Santander, y el de Sierrallana, en Torrelavega. Ayer, por la mañana, 25 enfermos se agolpaban en los pasillos, boxes y dependencias del departamento de urgencias del hospital cabecera de la cuenca del Besaya, esperando una cama para ser ingresados. La larga espera obligó a las autoridades sanitarias de la región a abrir la planta tercera, sección B, donde hay 19 habitaciones 18 dobles y una individual que habitualmente no se utilizan, así como otras cinco más de la planta 2 A, utilizadas para enfermos de día.

Pero la presión de los pacientes esperando un ingreso, logró que al final se optara por habilitar todas esas camas que pudieron paliar los problemas de saturación que este año, un mes después de lo habitual, han llevado a urgencias a decenas de cántabros. Lo que se hizo fue trasladar a los enfermos aislados en habitaciones de este centro médico para desplazarles a esa tercera planta B donde además de habitaciones hay despachos y consultas y utilizar las camas que ocupaban para los enfermos de urgencia que esperaban el ingreso. «Ya se produjo una situación similar el año pasado y esta planta se abrió entre los meses de febrero y abril. No es algo excepcional», aseguró ayer el gerente de este centro médico, Benigno Caviedes, quien confirmó que desde el lunes pasado se ha notado un incremento de pacientes en urgencias. Este año podría permanecer también abierta esta planta hasta la primavera «si la demanda lo pide».

Similar situación ocurrió en el Hospital Marqués de Valdecilla de Santander el pasado lunes, día 22 de febrero, cuando igualmente los pasillos, boxes y salas de espera estaban a rebosar de pacientes que esperaban ser atendidos en el departamento de urgencia del hospital santanderino. Los críticas se multiplicaron. Entre ellas, la de un paciente que entró en el hospital a las doce de la mañana del lunes para recibir un antibiótico suministrado en vena que ya venía pautado por un médico y no consiguió ser atendido hasta las diez de la noche. «Diez horas que pasamos en pie, en un pasillo, mezclados con pacientes de todo tipo, y nuestro padre en una camilla en el pasillo», asegura indignado. Aunque la Consejería de Sanidad niega que exista un problema de saturación «en estos momentos», explicó ayer un portavoz de este departamento, lo cierto es que el personal sanitario que trabaja en los dos hospitales con mayor cupo de pacientes asignados Torrelavega y Santander contradice la tranquilidad que se intentaba transmitir desde el Servicio Cántabro de Salud.

El representante de UGT en el Hospital Sierrallana, José María Fernández Cobo, explicó la situación que se vivió en el centro hospitalario de Torrelavega: «En urgencias no se cabía de la cantidad de enfermos al menos 27 mientras que en la tercera planta había habitaciones de sobra para atenderlos. Lo que ocurre es que abrir estas dependencias obliga a contratar sanitarios y es lo que pesa a la hora de la verdad». Similar situación se vivió en urgencias del Hospital Valdecilla el lunes, aunque ayer fue un día más tranquilo.

"Nada especial"

Mientras las autoridades sanitarias explican oficialmente que «no hay nada especial», la opinión de los sanitarios que trabajan directamente en este departamento no es la misma. José Manuel Castillo, de UGT, y trabajador en el Hospital Valdecilla, denunció ayer que «cada año ocurre lo mismo. Saben de sobra que cuando llega lo peor del invierno, los casos se agolpan en urgencias. Hay camas suficientes, pero eso obliga a contratar enfermeros y auxiliares tratando de que el pico de las urgencias pase de alguna manera sin más».

La tasa de incidencia de la gripe en Cantabria entre los días 8 y 14 de febrero ha continuado en aumento hasta alcanzar el máximo de la onda epidémica registrada el pasado año, explican desde el Servicio Cántabro de Salud. Durante la semana pasada se registraron 281 casos por cada 100.000 habitantes, «una tasa que se sitúa en el denominado nivel epidémico medio».