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Álvaro San Miguel
Jueves, 3 de marzo 2016, 07:20
Troncos, botellas, bolsas de plástico, palos, cubos, el cadáver de una oveja... Las inundaciones del fin de semana han convertido la playa de Valdearenas, a los pies del Parque Natural de las Dunas de Liencres, en un vertedero. Todos los arenales próximos a las ... desembocaduras de los ríos han absorbido los desperdicios arrastrados durante las crecidas y ofrecen un espectáculo dantesco que obligará a los ayuntamientos afectados a tomar medidas antes de Semana Santa. «Suances es un municipio turístico y las playas tienen que estar lo mejor posible», explica el alcalde Andrés Ruiz Moya.
El Saja y el Besaya, dos de los ríos que llegaron a desbordarse el domingo, arrastraron hasta el estuario de la ría de San Martín toneladas de vegetación muerta lo que en los pueblos costeros se conoce como palucada. Toda esa inmundicia llegó al mar y las olas la fue depositando en los arenales de La Concha la principal playa urbana de Suances, La Ribera y La Riberuca. «Están invadidas de troncos y palucada», lamenta Ruiz Moya, que ya ha puesto a trabajar a los operarios municipales en la retirada de los restos de mayor tamaño. «El Ayuntamiento no tiene los medios apropiados para hacer una limpieza exhaustiva de los arenales», precisa el regidor, así que se contratará a una empresa para que limpie «a fondo» las playas. «Si no viene otro temporal, esperamos que estén limpias antes de Semana Santa».
En Piélagos van a hacer exactamente lo mismo, aunque en su caso la intervención de una empresa de limpieza será inmediata. «Esta misma semana», asegura la alcaldesa Verónica Samperio. «Está dentro de lo habitual que limpiemos los arenales antes de Semana Santa, pero como ya habíamos visto con el temporal anterior que la playa de Liencres había quedado bastante sucia, habíamos contratado una empresa para que se encargara de la limpieza».
El Pas, que también llegó a salirse de su cauce el pasado fin de semana a su paso por Puente Viesgo y Carandía se mantuvo casi todo el domingo en niveles de alerta máxima ha dejado como estercoleros las playas del entorno de la ría de Mogro.
La zona más afectada es la de Valdearenas. La famosa playa de Liencres sufrió a principios de este mes los efectos del temporal marítimo que azotó el Cantábrico y perdió una gran masa de arena por culpa del fuerte oleaje y de las mareas vivas. Todavía se puede ver el gigantesco talud cortado a cuchillo que protege las dunas catalogadas como Parque Natural de las embestidas del mar. Ahora la playa, que ha bajado varios metros y está casi a merced de cualquier pleamar más viva de lo normal, ofrece un aspecto desolador. En Piélagos tienen claro que no se pueden permitir semejante imagen cuando aparezcan a finales de mes los turistas de Semana Santa.
Este proceso forma parte del ciclo natural, pero como reconocía esta semana el director general de Medio Natural, Antonio Lucio, los incendios forestales de diciembre llenaron los ríos de vegetación muerta y eso ha contribuido a las propias crecidas, ya que encontraban más dificultades para desaguar toda la lluvia caída el domingo y los días previos. El volumen de desperdicios arrastrados ha sido de tal magnitud que ha afectado también a playas como la de Usgo, a más de kilómetro y medio de distancia de la desembocadura del Pas.
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