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Enrique Munárriz
Sábado, 5 de marzo 2016, 07:55
La política a veces hace extraños compañeros de viaje. El PSOE rompió ayer su habitual alianza con los regionalistas, sus socios en el Gobierno de Cantabria, y se alió de forma inesperada con el Partido Popular y Ciudadanos para bloquear una comisión especial para el estudio de la reforma del Estatuto de Autonomía. Los socialistas decidieron sumarse a la oposición y ejercieron un rodillo en la Mesa del Parlamento para que ni siquiera llegue a debatirse.
Este hecho provocó el cabreo de Podemos y, en menor medida, de los regionalistas, que no recuerdan una situación igual desde que los populares hicieron valer su mayoría absoluta durante la pasada legislatura para impedir que el por entonces presidente de Cantabria, Ignacio Diego, compareciera en el antiguo hospital de San Rafael para dar explicaciones sobre el caso Bárcenas.
Aunque respeta la postura «absolutamente legítima» del resto de grupos, el portavoz regionalista, Pedro Hernando, consideró ayer que no aprobar una comisión de estudio sobre la reforma del Estatuto «es una equivocación». «No le encuentro una justificación real a no debatir algo», sostuvo en declaraciones a este periódico, antes de asegurar que «con estas actuaciones se da una imagen muy mala». En cualquier caso, Hernando quiso separar la gestión del Ejecutivo de la del Legislativo y descartó «tiranteces» en el bipartito por este asunto.
La portavoz parlamentaria de Podemos, Verónica Ordóñez, aseveró que «éstas empiezan a ser las primeras consecuencias de un posible acuerdo nacional entre Ciudadanos, PSOE y PP en el Congreso de los Diputados» y calificó esta medida como «un ejercicio de cinismo». Por ello, advirtió a Revilla de que se cuide de sus socios en el Ejecutivo si finalmente hay una gran alianza en Madrid. «Con su paralización se impide, por ejemplo, cualquier posibilidad de eliminar los aforamientos de los diputados y miembros del gobierno autonómico que todos los grupos apoyaron en el parlamento y que, a la hora de la verdad, bloquean sin reparos», concluyó la representante de Podemos.
El propio Miguel Ángel Revilla también se había mostrado públicamente favorable a introducir novedades. Entre ellas, la propuesta de la formación morada para incluir el 28 de julio como Día de Cantabria, que se declare festivo y se reconozca «la importancia que tiene esa fecha». El presidente, de hecho, lo intentó sin suerte hace más de dos décadas. «En el año 1984 propuse esto mismo y quemaron un muñeco de mi forma y estatura frente al Ayuntamiento de Cabezón», recordó.
La casa por el tejado
Sin embargo, las tres fuerzas que bloquearon esta propuesta se mostraron contrarias a «abrir el Estatuto de forma genérica». «Es absurdo hacerlo ahora si no sabemos a qué atenernos, luego pueden cambiarnos las competencias, por ejemplo, con un hipotético cambio en la Constitución», señalaron.
La presidenta del Parlamento, Dolores Gorostiaga, ha hecho de la modernización de la normativa una de las señas de identidad de su mandato. Pero también ha dejado claro que lo realmente urgente es reformar la Carta Magna. Una vez dado ese paso, sería partidaria de cambiar el artículo 9.8: la duplicidad del cargo de senador autonómico con el de diputado en la Cámara regional. Desde su formación volvieron a resaltar ayer que «simplemente hemos trasladado al resto que la casa hay que empezarla por los cimientos y no por el tejado».
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